Hace muchos años, los hombres lobos habían reconocido a sus nuevos enemigos. Los cazadores. Sus guerras duraron por años, y creian que asi seguiria siendo. Pero algo interrumpió eso.
Artemia Ragnarsson, lider de los cazadores, asciende a su puesto l...
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— Aren, hoy es el dia. Y muchos estan empezando a dudar de ti por tus decisiones.
— Los unicos que se perjudican son ellos. Solo piensan en guerra, y no pienso complacer eso. Traere la paz, o al menos lo intentare.— Murmuro casi lo ultimo
— Lo entiendo, y como te dije antes, te apoyare.— Lo miro y sonrio levemente
— Aprecio eso.
Devon esta mas tranquilo, noto eso. Tal vez sea yo el que se lo contagia, pero es bueno que se mantenga asi.
Tengo que admitir que esto de prácticamente rendirme ante los cazadores, me tiene nervioso. Todos conocen mi reputación, o al menos la de antes, nadie creeria que no quiero guerra.
Supongo que hoy todo cambia. Se que no sera facil, pero si logro traer la paz, todo cambiará. Cuando termine el asunto con los cazadores, me dedicare a otras cosas.
Todavia no armo la lista, pero tengo algunas cosas en mente.
Y con el tiempo, las manadas veran la tranquilidad en la mia. Y como Alfa supremo, me tomaran como ejemplo, y me seguiran. Espero.
Por primera vez, estoy pensando con tranquilidad. Y cuando consiga todo lo que planeo, se que Artemia estara orgullosa.
♧
— Quiero decirte, que si llegamos a morir.— Frunzo el ceño y miro a Devon— Yo fui el que robo el vino de tu cajon.
Ruedo los ojos.
— Te dije que sabia que fuiste tu, pero estabas muy ebrio.— Mira hacia otro lado, mientras seguimos subiendo la colina— Y no vamos a morir, confia en mi.
— Lo hago, no confío en los cazadores y en seguro la cantidad de plata que deben tener.
Me hace recordar a la espada de plata de Artemia, la que esta junto a su tumba, se que a ella le hubiera gustado asi.
Cuando terminamos en la colina, observamos el panorama. No estan aqui, aún.
— ¿Lo recuerdas, verdad?, yo hablo.
— Aren, lo repetiste diez veces.— Es medio idiota, tengo que repetirle las cosas mas de dos veces
— Bien.— Suspiro — Al ver que solo somos nosotros pensaran que es una trampa. Tratare de hablar con ellos.
No tengo absolutamente nada conmigo, nada que pueda herir. Si algo llega a salir mal, mis hombres ya están al tanto de lo que tienen que hacer.
— También ya lo repetiste como unas..— Para de hablar, cuando una flecha atraviesa su hombro
Gruñe, lo sostengo para que no caiga y miro hacia atras.
Ya estan aqui.
Estan escondidos entre los arboles, porque no veo a ninguno. Dejo a Devon cuidadosamente en el cesped, levanto mis brazos y avanzo un par de pasos.
