Hace muchos años, los hombres lobos habían reconocido a sus nuevos enemigos. Los cazadores. Sus guerras duraron por años, y creian que asi seguiria siendo. Pero algo interrumpió eso.
Artemia Ragnarsson, lider de los cazadores, asciende a su puesto l...
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Alejo rapidamente mi mano, cuando esta vez Aren intenta tomarla.
— Quítatela, Artemia.— Ordena, lo miro. Comienza a respirar inestable
Miro a cada uno, me estoy empezando a poner nerviosa. No entiendo nada, ¿porque quiere que me la quite?, vuelvo a alejarme, cuando intenta tomar mi muñeca.
— ¿Qué esta sucediendo?
— Solo quitatela, maldita sea.— Gruñe
— Hijo, debes tomartelo con calma.— La mira, aprovecho su distracción y comienzo a correr
— ¡Artemia!— Sigo corriendo, siento su cuerpo acercarse. Rodeo un arbol y esquivo varias ramas, jadeo cuando logra rodearme
A diferencia de muchas veces, esta vez hago esfuerzo para soltarme. Golpeo fuertemente su costado y gruñe, me apoya en el suelo y lo golpeo lo mas que puedo.
— ¡Detente!
— ¡Sueltame!— Toma mis muñecas y aplasta mis piernas con las suyas. Gruño
— Solo..— Suaviza levemente su ceño, sigo removiendome, mientras mira mi muñeca
Trago saliva, cuando su garra acaricia mi piel, siento como tira de la pequeña tela, hasta romperla. Lo primero que veo es su nariz aspirar fuertemente, para despues cerrar los ojos. Miro hacia todos lados y luego lo vuelvo a mirar.
Mis nervios crecen, cuando veo el destello rojo en sus ojos. Resoplo y me remuevo mas rapido, gruñe y pega su cabeza a mi cuello. Frunzo el ceño.
— ¿Aren?— Su nariz parece estar pegada—Aren, por favor sueltame. Tenemos un trato, debes dejarme ir.
Me entremezco, cuando pasa su lengua, lentamente. Aprieto mis labios. ¿Porqué esta haciendo esto?
— Mi Luna.— Susurra— No te alejaras de mi. Eres mia.— Trato de mirarlo — Siempre lo seras.
Tengo tantas preguntas en mi cabeza que ya esta empezando a doler. ¿Qué carajos esta diciendo?
Sus piernas se colocan a cada lado de mi, no lucho. Suelta lentamente mis muñecas, acariciando mis brazos, coloca sus manos en mi cintura y la aprieta.
— Ya, Aren.— Murmuro. Coloco sus manos en sus hombros, aleja lentamente su cabeza y me mira. El rojo en sus ojos desapareció, pero aun conserva el gran tamaño de sus pupilas
Me mira unos segundos mas y luego rodea mi cintura, se levanta del suelo y empieza a caminar. Llevandome con el.
— No.—Miro hacia atras, hacia el camino que me lleva a mi pueblo — Tengo que volver.— Lo miro
Me ignora y sigue mirando hacia adelante.
— Bajame.— Me remuevo, pero me sujeta fuerte— Teniamos un trato.— Lo golpeo pero no se inmuta— Aren.— Parpadeo
