Capítulo 01: Una nueva vestimenta siempre es bienvenida

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Después de la capital de Lumínica, el puerto era el lugar con más habitantes que Kouta y Chikara habían visitado hasta el momento. Ahora que Liebert ya no era más una amenaza, los mercaderes habían reanudado sus viajes de negocios, devolviéndole al sitio su esencia animada. A donde quiera que el chico mirara había algún puesto ambulante, invitándolo a gastar su parte de la recompensa.

¿Dónde podría encontrar algo de ropa linda para Chikara?

Era lo que se preguntaba Kouta. Si pensaba objetivamente, más allá de preocuparse por la estética, debería preocuparse por algo que fuera de más utilidad en combate. Una armadura ligera sería lo adecuado, pero no estaba seguro de si aquello haría feliz a la niña.

No le gustaba pensar tanto las cosas así que simplemente lo dejaría a elección de la kitsune. Un rápido vistazo a su acompañante le hizo percatarse que esta se hallaba caminando con la mirada fija en el suelo. Seguro que estaba concentrada, pensando en el tipo de traje que gustaría vestir.

—Dime, Chikara... ¿Hay algún tipo de traje en específico que te guste?

—No lo sé, no lo había pensado ~degozaru —Chikara alzó la mirada—. Nunca había tenido la oportunidad de pensar en algo así ~degozaru.

—Y-ya veo —Quizás no debió haber preguntado.

—Pero me gustaría algo similar a esta ropa —dijo la pequeña, girando sobre sí misma para lucir su traje de sacerdotisa—. Me siento muy bien al sentir esto sobre mí ~degozaru.

—¡Muy bien! —exclamó Kouta, subiendo los ánimos—. Entonces iremos a... dame un segundo... a ver, a ver...

Miró con atención a su alrededor. En ninguno de los puestos ambulantes parecía que su especialidad fueran los trajes, lo cual era entendible. Tendría que intentarlo en alguna sastrería, pero no era capaz de leer los letreros de las tiendas y ninguno parecía exhibir vestimentas.

Quizás debía confiar en Chikara para eso, aunque tampoco sabía si la niña era capaz de leer. Nunca se lo había preguntado.

—Parece que tienes un problema. ¿Puedo ayudarte, pequeño?

Un hombre se había acercado a ellos. La apariencia del recién aparecido era bastante llamativa: Su cabello era tan blanco como la nieve, al igual que sus ojos, o por lo menos uno de ellos —el otro estaba cubierto por su peinado—. No era tan alto, apenas un poco más alto que Kouta, y su cuerpo parecía ser más bien esbelto, pero no era posible asegurarlo debido al curioso uniforme azul zafiro que vestía. Este uniforme recordaba mucho a una especie de militar.

—¿Pequeño? —repitió Kouta, enojándose—. ¿Me dijiste pequeño?

Está bien, él no era ningún adulto, estaba de acuerdo con eso. Pero ser llamado pequeño por alguien que no aparentaba tener mucho más de veinte años lo irritó. Su hostilidad no pareció inmutar al hombre. Transmitía en todo momento un aura de tranquilidad que parecía contagiarse en quienes tuviese cerca. Él parecía ser el tipo que nunca se enfadaba con nada y querría encontrar el lado bueno de las cosas.

—Ya no importa —dijo Kouta, tras un suspiro—. ¿Quién eres?

—Mi nombre es Absol —se presentó el hombre, encogiéndose de hombros—. Solo Absol, voy de paso.

—Yo soy Kouta, y ella es Chikara —señaló a la pequeña— Mi... Mi hermana.

Dudó en el momento de presentarla así, y es porque no sabía que tan normal sería presentar a un semi-humano como alguien de la familia sin dar mayores explicaciones. Pero terminó por decidir que le importaba un comino si a alguien no le parecía. Chikara era su hermana en este mundo.

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera [Vol. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora