Capítulo 02: Los problemas que llegan del cielo

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Arco 02 — La partida del continente débil


—¡Lo siento! ¡Mi hermana se entusiasmó un poco, eso es todo!

—¿Entonces pagarás?

—¡Pero claro!

Se disculpaba por medio de pequeñas reverencias, sonriendo con una expresión nerviosa. La suerte había querido que pudiesen llegar hasta la vendedora de aquella vestimenta antes de que esta informase a los guardias.

Aquella mujer gorda, entrada en años, miró al chico humano y la kitsune con un toque de ligera molestia. Su expresión no se vio suavizada hasta obtener la paga correspondiente.

Ciertamente pagar por aquel traje tomó más de la mitad del dinero que le correspondía a Kouta —cuidaba de no gastar nada de la parte de Chikara—pero valía la pena una vez que conocías todas las ventajas de aquél misterioso traje.

—Dejando de lado el punto negativo de su material, este traje de Verdamut tiene grandes ventajas. Puede no parecerlo, pero es muy resistente: podrías intentar rasgarlo, incendiarlo o incluso tratar de cortarlo con una espada muy afilada y jamás recibirá daño alguno.

»Además, expertos hechiceros del gran continente lo han encantado con el hechizo [Deftness] de manera permanente ¡Aumentan la agilidad de quien lo usa! Además, no puedes quitar el traje sin el consentimiento de su portador ¡Te rechazará inmediatamente! Dime, ¿no es genial? ¡Este producto importando desde Shikishima es realmente una ganga! Son muy afortunados.

Un traje así sonaba demasiado conveniente, pensó Kouta. A diferencia del anterior traje de la niña —que por momentos parecía más una pieza de lujo para hacendados— el traje de Verdamut estaba hecho especialmente para el combate.

A su mente no llegaba ni una idea cercana que explicase la razón por la que alguien se molestaría en hechizarlo para evitar que fuera despojado, sin autorización del portador. Pero no era la mayor de sus dudas.

Pese a lo tierna que se veía la kitsune, y que robaba gran parte de su atención, no se le escapó cierto detalle expresado por la vendedora.

—Dijiste algo sobre un punto negativo —señaló el chico—. ¿Qué hay de malo con el traje?

—Bueno, ya sabes... El Verdamut es una bestia maldita. Se dice que la desgracia perseguirá a aquellos que osen portar una prenda hecha de sus finas sedas, o que aventuren a blandir alguna arma creada a partir de sus garras. Tiempos difíciles esperan a los valientes que no temen a esto. Incluso los habitantes de Shikishima evitan los materiales de esta criatura.

Así que era eso, una superstición. Intercambiar miradas con una muy entusiasmada Chikara bastó para decidir ignorar aquella ridiculez. Además, el pago ya estaba hecho. Tras agradecer al mercader, abandonaron aquél extraño bazar.

Quizás las supersticiones funcionaban igual que en su mundo: solo servían para sugestionar a los débiles de mente, trayéndoles verdaderas desgracias. No había razón para preocuparse por ello.

***

Aquella sonrisa grabada en el rostro de la niña era sin duda una de las más radiantes que Kouta había visto en ella. Visitar aquél bazar había resultado muy benéfico después de todo. Tendría que agradecer a ese tipo, Absol, la próxima vez que lo viera.

De vuelta en la calle principal de «Puerto Lumínica», se inclinó para colocar el listón en la kitsune.

—¿Cómo me veo ~degozaru? —preguntó la niña, expectante.

—Te ves bien, supongo.

—¿Solo eso? —preguntó Chikara, inflando los cachetes.

—Bueno, bueno... Te vez linda —comentó Kouta, con la sensación de estar diciendo algo que no debía. Sin embargo, su pequeña acompañante sonrió complacida—: Y... ¿Qué hacemos ahora?

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera [Vol. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora