Capítulo 05: De cara al peligro

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Ignorando los gritos de aliento de las harpies, los desesperados llamados de Chikara, aclamando porque no cometiese ninguna imprudencia, Kouta corrió en dirección al arma. El chico repetía una y otra vez en su mente una sola frase:

«Qué no esté muerta.»

Aquella arma ancestral, con la forma de dos grandes brazales, chocó los puños, amenazante, aceptando el aparente reto del chico.

—¡Vamos, Bel!

«¡Que te jodan! —replicó la niña en su interior—. No pienso darte acceso a Reforce hasta que te disculpes.»

Era verdad. Por mucho que Kouta quería activar su habilidad esta no parecía que fuese a ser activada pronto. Aceptó esto en el momento en que el primer puñetazo zafiro se alzó sobre él, y ni así la pequeña detuvo su berrinche.

—¡Accel! —gritó desesperado.

El hechizo funcionó, viéndose el chico con la velocidad incrementada, pero no controlada. Activar la magia al tiempo que cambiaba de dirección le ayudó a salvarse del golpe del arma a cambio de tropezarse y rodar por el suelo varias veces, golpeándose la cabeza en el proceso.

Sabiendo que el arma regresaba por él, se apresuró a reincorporarse para correr en zigzags, sin rumbo fijo, solo esquivando los puñetazos que hacían temblar levemente al impactar con la tierra. Solo un brazal lo tenía en la mira, pues el otro permanecía levitando sobre el cuerpo de Shizuka, impidiendo que nadie se acercase.

Los gritos de los harpies estallaron:

—¡¡Tú puedes, joven aventurero!!

—¡Debes tocarlo, Kouta! ¡Sé que funcionará!

Kouta respondería a su apoyo con un grito que, como el de todo un guerrero a punto de perder la vida en el campo de batalla, se alzó a los cielos:

—¡AYÚDENME, IMBECILES! —lloriqueó—. ¡No se queden mirando!

—P-puede que tenga razón —Xylon alzó ambas alas, gritando con voz de mando—. ¡Aléjense! ¡Todas denle un espacio al grupo del bravo Kouta!

—¡ESO NO ES LO QUE PEDÍ! —gritó el chico, esquivando por poco un puñetazo más—. ¡PELEEN!

—Descuida, Kouta, recuperaremos el cuerpo de tu amiga cuando logres distraerlo.

—¡NO ME ESTÁS ESCUCHANDO!

Su distracción le valdría un tropezón más. Midiendo por tercera vez el suelo desde que había decidido pelear, Kouta tuvo que escupir gran parte de la tierra que había tragado al caer. Giró para quedar de cara al sol que cada vez se ocultaba más por aquellas nubes oscuras que presagiaban algo similar a una tormenta.

Como un bólido, el puñetazo caía directamente a su rostro. El chico no hizo más que gritar, de forma tan aguda que bien pudo haber pasado por el grito de una princesa, deseando con toda su alma ser rescatada por su príncipe.

—¡A un lado ~degozaru!

Certero, potente, apenas a tiempo, así fue la patada de la pequeña Chikara. El golpe no era suficiente para hacer algún tipo de daño en el arma. Sin embargo, al contacto, esta misteriosamente detuvo brevemente su furia agresiva, alejándose de ambos cuando ya pocos centímetros lo separaban de dar una muerte segura al muchacho.

—Chikara... —Pocas veces podía verse una expresión de profundo agradecimiento en el chico como aquella—. ¡Gracias! ¡Casi me mata! ¡Creí que...!

—Deja de llorar, me das un poco de pena ~degozaru —interrumpió Chikara con las mejillas encendidas—. ¿Qué tal si dejas de gritar tanto y piensas en algo, hermano?

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera [Vol. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora