Capítulo 03: La historia del mundo 1

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Parte 1


El hombre permanecía atento a cada pequeño movimiento en la zona de embarcación. No perdía detalle alguno de los barcos pesqueros y de mercaderes que allí se encontraban, ni de los hombres que se encargaban de la vigilancia.

Mientras lo hacía, comía montones de naranjas sin tomarse la molestia de retirar la cascara del fruto. Se le veía completamente despreocupado ahí.

—¡Capitán!

Aquel que se acercaba a buena velocidad era uno de sus tres más fieles seguidores. Verlo tan apresurado le hizo saber que algo interesante estaba ocurriendo en el pequeño puerto.

—¿Qué quieres, Chariot? ¿Algo importante? ¿Un botín que valga la pena?

—Un hombre fue raptado por harpies —dijo el mago de su tripulación.

—¿Y a mí qué me importa eso? —replicó el capitán.

Lo importante no era saber si alguien era raptado por un semi-humano, eso le tenía sin cuidado. Sin embargo, los rumores que circulaban sobre el raptado sí que captaron su atención.

Chariot había escuchado en el gremio que aquél tipo era parte de un grupo de aventureros. ¿Qué tenía eso de especial? Nada, nada a menos que los rumores dijeran que tenían más poder que nadie en el continente, pues inclusive habían derrotado a un criminal de clase vasallo.

Aquél que había sido raptado, el chico de cabellos grises, era un peleador cuerpo a cuerpo y nunca dependía del uso de ningún tipo de arma.

—Además —Chariot chasqueó los dedos— una anciana que vio todo asegura que los harpies vinieron por su ayuda. ¿Puede creerlo? Los harpies rara vez solicitan ayuda a otras razas. ¡Menos a humanos!

El capitán no sabía qué hacer.

Hacía tres días de su llegada al puerto, luego de haber sido atacador por una extraña tempestad glaciar en alta mar.

Por alguna razón habían arribado a «Puerto Lumínica», y todo estaba calmo. No había rastro de aquello que los había atacado. ¿Habría desviado su curso aquella anomalía?

No. Desde aquella mañana sabía que algo malo ocurriría pronto. Un copo de nieve cayó en aquél momento, y el hombre lo atrapó al vuelo.

—Con este son tres decenas —murmuró.

—¿Capitán?

—Dime, Chariot... —El capitán se volvió para mirarlo—. ¿Tienen algún nombre estos tipos?

—Escuché del encargado del gremio que se hacen llamar la Paz de Stella.

Había trazado un plan, esperando el momento exacto para obtener un barco mientras sus hombres conseguían un poco de información que pudiese valer la pena. Tras reunir información se irían antes de que aquél lugar peligrara.

No importaba que la tempestad que había derribado su barco no estuviese allí. Llegaría sin duda, aquella nieve que comenzaba a caer de manera casi imperceptible para muchos así lo demostraba,

Y, sin embargo, necesitaba gente. Necesitaba hombres que de verdad pudiesen ser útiles en aquél mundo lleno de peligros.

—Reúne a los demás, Chariot.

—¿Seguiremos al chico?

—No. Esperaremos por el un par de horas, antes de la tormenta —dictaminó el capitán, mordiendo otra naranja—. Si no vuelve, quiere decir que no vale la pena.

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera [Vol. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora