-Narra Mateo
Llego a la casa donde se iba a hacer la fiesta, y ya la primera impresión no me gusta nada: música a tope, gente fumando porros, personas vomitando por todos lados a causa del alcohol...
Camilo: Mateo quita esa cara de amargamiento, disfruta de la fiesta.
Mateo: es que no estoy acostumbrado a venir a ellas, ya lo sabes
Dani: venga, vamos a disfrutar
Entramos a la casa y fuimos directos a la cocina para servirnos algo de bebida. Yo la verdad que no quería nada, ya que nunca he probado el alcohol, pero ya que he venido tendré que disfrutar.
Me sirven una copa y vamos al salón a sentarnos al sofá porque había unas chicas que a Camilo y Dani les gustaban
Camilo: ¿tienes pensado liarte con alguna? -dice en mi oído ya que por la música tan alta no lo iba a escuchar-
Mateo: no, ya sabes que a mi esas cosas no me gustan
Camilo: venga, es una fiesta, aquí todos se lían con todos. Y yo por ejemplo, me voy a liar con esa -dijo señalando a una chica de las que le había llamado la atención-
Camilo y Dani estaban ligando, o intentándolo, con aquellas chicas y yo me aburría demasiado asi que decidí salir al jardín a que me diera un poco el aire.
Me siento en una piedra que había fuera y me pongo con el móvil a ver Instagram, la verdad que no tenia nada mejor que hacer.
-Narra Alexa
Estamos de fiesta pasándonoslo genial.
Creo que me he liado ya con... ¿4 chicos? si, creo que si. Además me ha parecido ver entrar a casa a aquel chico del parque, pero no me quiero hacer ilusiones.
La verdad que ya iba un poco borracha y no llevamos ni la mitad de la noche.
Mica: mira ese chico, te mira mucho -dice mirando a un chico que estaba sentado en un sofá-
Alexa: es bastante guapo -le miro y le guiño un ojo-
Mica: ¿sabes dónde están Nico y Abraham?
Alexa: Nico subió a las habitaciones con una chica, y Abraham no se
Mica: estará con otra chica, siempre igual
Alexa: oye, sujétame la copa que voy a ir a fuera a hacerme un porro.
Mica: no tardes y ten cuidado -me coge la copa-
Alexa: si mamá -me rio y salgo al jardin-
Al salir no sabía bien donde ponerme ya que los pocos sitios que había para sentarse estaban todos ocupados y yo necesitaba descansar un poco.
Giro la cabeza hacia mi izquierda y veo a un chico solo sentado en una piedra. Me voy a acercar.
Cuando a penas estaba a 10 pasos de él, me doy cuenta de una cosa: es él, es Mateo.
