CAPÍTULO 23

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-Narra Alexa
Estaba dando golpes a la pared sin parar, necesitaba soltar toda la tensión que sentía.

X: ¿Alexa? ¿Qué haces? -gritó-

Me di la vuelta para ver quien era y ahí pude ver a mi amiga Mica

Alexa: hola Mica
Mica: ¿se puede saber que hacías?
Alexa: nada, tranquilizarme
Mica: mira como te has dejado los nudillos -dijo cogiendo mi mano-
Alexa: no importa, ¿que tal todo?
Mica: bien, te eche de menos pero por fin estás aquí, ¿y tú? ¿mejor?
Alexa: si, me ha servido de mucho irme durante este mes fuera, lo malo que ahora estoy viviendo con Mateo
Mica: ¿lo malo?
Alexa: si, quiero pasar de el, no tener ningún tipo de contacto con el, pero cada vez que le veo no puedo evitar dirigirle la palabra
Mica: pues entonces no se si te alegraras de escuchar esto...
Alexa: ¿el que?
Mica: desde que esta con Lucía, Mateo sale con nosotros al parque y alguna vez de fiesta pero no mucho, ya sabes como es.
Alexa: entonces nunca saldré con vosotros -dije molesta- Bueno me voy, tengo prisa

Seguí dando una vuelta y al poco tiempo volví para mi nueva casa. Como no tenía llaves tuve que llamar al timbre y si, me abrió Mateo.

Mateo: ¿Alexa? ¿Que te ha pasado en las manos?
Alexa: nada, me he caído.
Mateo: pasa y te lo curo
Alexa: soy mayorcita, lo sé hacer sola
Mateo: bueno, lo que tú quieras

Entre a la casa y pude ver que Lucia ya no estaba. Pase al baño y saque un poco de desinfectante y algodón para poder curarme la herida.
Escocía mucho, demasiado, en esos momentos es cuando me arrepentía de hacer ese tipo de cosas.

Mateo: ¿te ayudo? -dijo asomándose por la puerta-
Alexa: a curarme la mano derecha si, que con la izquierda no puedo hacer casi nada.

Pasó y cogio el algodón para después dar toques suaves por encima de las heridas.
No se por que, pero su presencia me transmitía paz y hacía que todo fuera mejor.

Mateo: ¿te hago daño?
Alexa: no no

Estábamos los dos mirando mi mano mientras el me la curaba, pero de un momento a otro estábamos los dos cara a cara, a 5 centímetros.
No podía dejar de mirarle sus perfectas pestañas y el se quedó mirándome fijamente mis ojos azules.
Cada vez estábamos más cerca, podía sentir su respiración agitada...

Emi: Mateo, ¿estas aquí? -dijo abriendo la puerta- uy tendría que haber llamado antes de abrir -ríe-
Mateo: enano te voy a matar -dijo separándose de mi y yendo detrás de él-

Me quede sonriendo inconscientemente mientras los miraba.
A los 20 segundos reaccione y decidí ir a mi habitación a dormir un rato, lo necesitaba.
Me tumbe en la cama y al estar tan cansada me iba a dormir enseguida.
Estaba a punto de caer en un profundo sueño cuando alguien llama a la puerta de mi habitacion...

FORELSKET | TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora