-Narra Alexa
Bajamos del avión y en 20 minutos más o menos ya estábamos en un taxi que nos llevaría hacia nuestro hotel.
Sinceramente yo estaba alucinando con todo lo que estaba viendo. España es muy diferente a Argentina pero me encantaba.
12:05
Me despierto muy cansada por el tema de todo el viaje y el cambio de horario, pero el cansancio no iba a evitar que disfrutara de esta semana aquí.
Me reincorporo en la cama y veo que Mateo sale del baño con el pelo mojado y sin nada de ropa, simplemente con una toalla atada a la cintura.
Alexa: me encanta despertarme con estas vistas -río-
Mateo: buenos días fea -se acerca y me da un pico
Alexa: ¿sólo un pico? -pongo cara de querer más-
Mateo se tumba encima mío pero sin dejar caer peso y empieza a besarme. Nuestras lenguas chocan continuamente lo que hace que escalofríos recorran mi piel.
De un momento a otro empieza a besarme el cuello dejándome pequeñas marcas, a lo que yo respondo tirando mi cabeza hacia atrás para que lo pueda hacer mejor.
Sus besos cada vez iban bajando más y más hasta que acabó en mis pechos. Me quita la camiseta y comienza a tocarlos
Alexa: Mateo -digo en un leve gemido-
El me ignora completamente y vuelve a subir para darme besos en el cuello y luego bajar de nuevo a mis pechos. En cuanto su lengua hace contacto con ellos, me arqueo hacia el gimiendo.
El va bajando más los besos hasta que llega a mi ombligo.
Alexa: Mateo, ¿estas seguro de que quieres perder la virginidad conmigo? -le miro-
Mateo: segurísimo -afirmo-
Dicho esto, me bajo el pantalón poco a poco y me dio un beso en mi intimidad para después quitarme el resto de mi ropa interior.
Alexa: espera, toma -dije sacando de un bolso un condón. La verdad que no me apetecía ser madre y menos a estas edades-
Mateo: abre las piernas
Alexa: -le hice caso sintiéndome excitada e indefensa-
El agarra su miembro y lo mete todo dentro de mi sin piedad. Comienza a moverse sin parar de una manera brutal. Solo se podían escuchar nuestros gemidos.
Su miembro golpea lugares dentro de mi que hacen arquearme y que cierre los ojos de placer. Me agarro a las sábanas para de alguna manera controlar todo el placer que estaba sintiendo.
Comienzo a sentir la sensación del orgasmo, que no me extraña que sea tan pronto después de llevar tanto tiempo deseando este momento y haya habido tanto juego previo.
Alexa: ¡Mateo! -gemí muy alto-
No podía aguantar más y explote en un gran orgasmo. El embistió un par de veces más y también se corrió dentro mío.
Cayó rendido a mi lado en la cama mientras yo intentaba calmar mi respiración.
Mateo: eres perfecta -sonrie mirándome-
Alexa: gracias por hacerme tan feliz, Mateo -le abrazo por la cintura y apoyo mi cabeza en su pecho...-
