CAPÍTULO 43

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-Narra Alexa
Alexa: gracias por entenderme Mateo, te prometo que yo no era así
Mateo: no tienes que prometerme nada, yo te creo, pero eso es pasado Alexa y ahora tienes que decidir sobre tu futuro
Alexa: lo único que se ahora es que quiero que mi futuro sea a tu lado.

Y en ese momento y después de un mes, volví a probar sus labios.
Ya los echaba de menos...echaba de menos su textura tan carnosa, su respiración agitada cada vez que nos besábamos, su gran olor...
Puse mis manos en su cuello acercándome aún más a él y de un momento para otro estaba sentada encima suyo

Mateo: ¿tanto me echabas de menos, pequitas?
Alexa: no te imaginas cuanto -deposite besos húmedos en su cuello-
Mateo: ¿no hay una zona más privada?
Alexa: si, vamos -me levante y le cogi de la mano llevándole hacia un baño que teníamos los trabajadores de allí-
Mateo: aquí mejor -dijo cerrando la puerta del baño y acorralándome contra la pared-
Alexa: vaya si que has cambiado -suelto una risa tonta-
Mateo: más de lo que imaginas -puso sus manos en la pared-

Comenzó dándome besos por todo el cuello dejándome pequeñas marcas y poco a poco fue bajando hasta mis pechos.

Alexa: Mateo -dije soltando un pequeño gemido-
Mateo: ¿que pasa?
Alexa: ¿seguro que quieres seguir?
Mateo: claro que si

Despegó sus manos de la pared y empezó a acariciarme el muslo subiendo poco a poco hasta los botones del pantalón.
Los desabrocho y metió su mano acariciando mi intimidad por encima de la ropa interior.
Yo no podía más, estaba muy mojada. De la desesperación fui rápido a sus labios y empecé a besarlos de una manera que nunca antes lo había hecho. Solo notar como nuestras lenguas chocaban ya me excitaba.
Puso su mano por dentro de mi ropa interior y sin pensarlo dos veces metió un dedo dentro mío, lo cual hizo que soltara un gemido de placer.
Mateo metió otro dedo dentro de mi haciendo que gimiera aún más fuerte que la vez anterior. Ya teniendo dos dedos dentro de mi moviéndose de manera feroz.
Mateo me besaba para controlar mis gemidos ya que si nos pillaban me podían despedir.
Cuando metió el tercer dedos me arquee de placer y gemí aún más fuerte.

Alexa: ¡Ah, más! -pedía entre gemidos instantes antes de llegar al orgasmo-

Mateo saco sus dedos de mi y me miro sonriéndome a lo que yo correspondí besándole mientras metía mis manos por dentro de su camiseta acariciándole el abdomen.

X: ¿Alexa? ¿estas ahí? -dice alguien detrás de la puerta del baño-

FORELSKET | TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora