XXIII

9.2K 532 16
                                    


-Despierta princesa.

Al principio pensé que su voz era producto de mi imaginación, pero me tensé cuando lo vi parado, observándome. Siempre viéndome de una manera que me ponía los pelos de punta.

Parpadee varía veces acostumbrándome a la repentina luz que iluminaba mi habitación. Me senté en la cama desorientada, cegada por la cantidad de luz que entraba por la ventana, debía de ser muy temprano.

Volví a la realidad cuando sus labios estuvieron en mi mejilla, disimuladamente me aparté para que no se enojara. Las cosas había mejorado desde el baile que tuvimos, todo iba bien porque me di cuenta que era muy tonta si seguía pensado en la posibilidad de irme, no la hay, tengo que acostumbrarme y a vivir con eso.

La opción es se había agotado.

-Hoy será un día muy especial.- le doy una pequeña sonrisa de boca cerrada. Él no dijo más nada y camino hacia la puerta. Como siempre se voltea y me anuncia.

-Alístate.

Frunzo mi ceño al escucharlo.







Camino por el pasillo, la ruta que me se de memoria y que tengo que conformarme tal vez para siempre. Pies avanzaban a paso lento, no queriendo ir realmente al comedor. Pero tenía que hacerlo.

Él ya se encuentra sentando en su sitio, tiene la vista en unos papeles pero en cuanto escucha mis pasos su cabeza sube y los papeles ya no parecen ser tan importantes.

Suelto un jadeo cuando siento a Alexis rodearme con su brazos fuertemente y de pronto me sentí sofocada.

-Felicidades.- me dice en el oído. Gentilmente deshago el abrazo.

-No es para tanto.-respondo tomando asiento en la mesas, quedando frente a frente con él.

Me sonríe.

Trato de responderle pero no me sale tan bien como quería. Un silencio incómodo inunda al comedor. Veo como Alexis va de allá para acá haciendo el desayuno, se ve agitada y hasta puedo decir que está sudando. Así que cuando ella se acerca a la mesa decido levantarme y tratar de ayudarle.

-¿Sucede algo princesa?.

-Voy ayudar a Alexis.- contesto mirándola a ella, su cara se pone pálida.

-Yo...- ella trata de hablar mientras su vista dudosa va de mi a él.

-Bueno.- habla él. Se acomoda su corbata mientras.- hoy hay que hacer lo que Asia pida.- exclamó mirándome todo el tiempo, a la final sonrío como al principio y esta vez no intente imitarlo.

La sonrisa me salió natural.








Veo a Alexis peinando mi cabello a través del espejo, ya arreglado. Le dije varias veces pero ella quería hacerlo, su rostro se ve relajado cuando lo hace.

Estamos en silencio la mayoría del tiempo ,pero en su rostro, una sonrisa la abarca por completo. Sus ojos brillan.

-Gracias.- dice de repente, la veo confusa.- estoy muy agradecida que le hayas dado una oportunidad al señor.

Quise contestarle que no lo hacía por que quería, quise contarle que me tocó aceptarlo por qué me había resignado. No me fui capaz de decir nada, así que solo baje mi cabeza.

ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora