Tal vez habían pasados minutos pero yo las sentía como horas.No sabía cuántas veces había gritado y golpeado la puerta. La garganta me dolía y podía apostar a que si hablaba la voz me saldría más ronca que nunca.
-Tengo que salir...tengo que salir, tengo que...-susurraba para mi misma. Estaba en el abismo, sentía que iba a caer, por más que quisiera hacerlo por fin había encontrado una razón para luchar. Ahora que Max está aquí tal vez mi miedo de escapar de disiparía, tal vez podríamos salir de aquí. Tengo que pensar en algo...
Me alejé de la puerta rápidamente cuando escuché la llave girar. Mis brazos envolvieron mi torso como si de alguna forma eso pudiera protegerme de quién sea que está del otro lado. Antes de que la puerta estuviera abierta pasé mi manos por mis ojos para eliminar rastro de lágrimas.
-Aisa...
Tragué grueso al oír mi nombre, mis ojos quisieron aguarse.
-Alexis.-llamé. Caminé rápido hacia ella.
La abracé con todas mis fuerzas.
Supongo que al igual que yo estaba sorprendida de mi abrazo repentino. Pero lo necesitaba, necesitaba un hombro en el que llorar.
-Ya no puedo...-suelto un sollozo.- no me deja ver a mi hermano, Alexis...quiero verlo.
-Ay Aisa.-su mano acariciaba mi cabello.- tienes que entenderlo a él también.- me aparte cuando dijo eso.
-¡No!-exclamé con rabia. Siempre es lo mismo.- ¿¡Por qué siempre lo defiendes!? Acaso no ves lo que hace.
-Si, Aisa. Pero él...
-No me digas nada.- hablé con rencor.- Dijiste que eras mi amiga...-reproché tratando de sonar rota.- Ahora que te necesito le das la razón a él...
Alexis parecía que no sabia que hacer ni que decir. Las dos estábamos desesperadas, lo podía ver, lo podía sentir. Tenía la certeza que pasara lo que pasara, ella siempre iba a estar de su lado. Su fidelidad era infinita.
Le hice una seña para que saliera de la habitación sin la necesidad de hablarle. Ella me vio pero no dijo nada, fruncí mi ceño extrañada cuando Alexis empezó a mover sus manos de manera nerviosa y a morder su labio como si estuviera indecisa, ¿qué le sucede?
-Te llevare con tu hermano.- susurró. Se acercó y tomo mi brazo para sacarme de mi habitación.- tenemos que ser rápidas. No quiero que él señor se entere.
-¿En serio?- pregunté sorprendida.
-¿En serio qué?- dijo ella apresurada. Caminos hasta al final del pasillo y paramos en una de las habitaciones más alejada de la mía. No me sorprende.
-No puedo creer que hagas a esto por mi.- solté emocionada.- muchas gracias.
-Para eso están las amigas.- sonrió de manera sincera como siempre lo ha hecho, yo traté de imitarla.- no te demores tanto, por favor.
Y sin darme cuenta ya estaba adentro.
Observe la habitación de manera detallada. Me calmaba que de cierta manera estuviera en un sitio nada parecido al cuarto del infierno. Los colores que adornaban la habitación eran oscuros, pero no tanto como para sentirte incómodo.
Mis ojos fueron hasta la cama donde Max se encontraba, parecía dormido así que traté de caminar de manera lenta para no hacer mucho ruido cuando ya lo tenía frente a mí sentí mi pecho hundirse de las emociones que me embargaban.
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Conmigo
RandomGrité lo más que pude, me removí, luche, pero no vencí. -Shhhh tranquila, estas a salvo...conmigo. Primera parte. TERMINADA