Conmigo

XXXV

Hola antes de empezar me gustaría saber...

¿Cuál ha sido su capítulo o escena favorita hasta el momento?

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❤️❤️Disfruten❤️❤️
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Reaccione y toqué la puerta con todas mis fuerzas.

-¡Michael, Michael, abre la puerta!-Grité como nunca lo había hecho. Con mi puño le daba golpes a la puerta.-...¡Necesito verte!

Me quedé callada con la oreja en la puerta para ver si escuchaba aunque sea sus pasos de vuelta.

-Por favor, por favor...

Me puse fría cuando volví a escuchar pasos; eran lentos, pero no importaba quien fuera, solo necesitaba salir de aquí.

-¡Michael!-Grité una última vez. Lo pasos se apresuraron y respire con normalidad.

La puerta se abrió.

-Aisa.- la decepción me envolvió. Por primera vez que esperaba que fuera Michael. Era la primera vez que quería que él fuera la persona que tenía en frente.

Negué con mi cabeza. No importaba si era él o no, tengo que salir de aquí e impedir una catástrofe.

-Dejame salir, por favor.- Alexis estaba en medio de la puerta sin dejarme espacio.

-Tienes que estar en la habitación.- Exploté

-¿¡Acaso no sabes lo que ese loco va hacer!?

-Aisa...

Sin importarme nada empuje a Alexis haciendo que se apartara de la puerta.  Cayó al suelo a lo que aproveche para correr como si mi vida dependiera de eso, o mejor dicho la de Max.

-¡Aisa!

Alexis gritaba y gritaba, yo me hacía oidos sordos. No me importa nada a mi  alrededor. Yo solo corría por un solo objetivo, mi hermano.

Sentía mi corazón en la garganta. Cuando pasé por la cocina empecé a calmarme por que eso significaba que ya estaba cerca.

El pasillo que llevaba al cuarto del terror estaba oscuro haciendo que mis nervios volvieran. Dejé de correr cuando ya estaba cerca, tan cerca que por un momento dude si entrar o no. Estaba cien por ciento segura que sea lo que fuera que me voy a encontrar al abrir la puerta me va afectar. Así que antes de abrir, milagrosamente no tenía ningún candado, respire profundo y cerré mis ojos.

Es ahora o nunca.

-¡Michael, por favor, abre la puerta!

Sus gritos me rompían por dentro.

Caminé rápido para no poder escucharla más. La sangre me hervía sin embargo al mismo tiempo quería cumplir con ella y quedarme. Pero es que me hacía enojar tanto, estaba tan harto de sus quejas, le doy todo y nunca me hace caso, nunca me ve, nunca puede amarme.

Aprieto mis puños. Ese imbécil  ocupa todo sus pensamientos; su hermano es el problema. Por su culpa ella no puede amarme, pero esto se acaba aquí. Estoy harto.

Sin él por fin mi princesa podrá ser completamente feliz conmigo, podremos amarnos sin nadie de por medio, podremos ser lo que queramos.