XXXVI

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Holaaa
Espero que disfruten🖤
Muchas gracias por todo su apoyo. Me alegra mucho que les guste tanto la historia.
Hablando de eso...me gustaría saber de qué país me leen. Me encantaría saber

Instagram: isa_morgenstern145

Twitter: MorgensternIsa

Disfruten🖤

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-Si.

Mis respiración seguía acelerada. Sus ojos me escaneaban, quería saber si no estaba mintiendo esta vez. Si Michael, te estoy mintiendo pero más es mi miedo hacia a ti.

Todo mi cuerpo temblaba expectante. Tuve la tentación de desviar mis ojos y ver a Max, pero eso haría que esto se fuera al traste así que tuve que resistir.

Sus manos seguian en mis mejilla. Ya no había lágrimas que secar pero él todavía las acariciaba.

-...¿Podemos ir a la biblioteca?- pregunté lo que el siempre quiere hacer cuando las cosas no estaba bien. Esperaba que lo tomara como burla. Pregunté porque al parecer la biblioteca lo tranquilizaba. Lo hace sentir en paz.

No contestó enseguida haciendome pensar que no había hecho lo correcto. Tense mi mandíbula.

Iba a volver a hablar pero él me interrumpió. Respire

-Lo que mi princesa quiera...-

Lo logré.

Michael dio un beso en mi frente y unió nuestras manos. Empezó a caminar hacia la puerta.

-Espera...Michael.

-¿Qué ocurre, princesa?- preguntó con una sonrisa. Loco.

-...- me quedé mida por un instante, dudé.- No...no podemos dejarlo aquí.

Su sonrisa flaqueo. Apretó mi mano como signo de advertencia o talvez para que supiera que no le gustó lo que dije.

-Dijiste que querías ir a la biblioteca.- expresó con una sonrisa forzada.- Vamos a ir a la biblioteca.

Me arrastró hasta al pasillo. Trataba de detenerlo pero el seguía decidido a caminar. No quería que esto pasara. Quería que dejara a Max y que luego me dejara ayudarlo. No se como decirle, está muy decidido a ir a la biblioteca. Pero mi hermano está en ese cuarto horrible y apenas está consciente. No puedo dejarlo así.

-Michael.- me solté de su agarre. Mi voz sonó firme. Él volteó a verme.- No quiero dejar a Max ahí.

Creo que ambos estábamos sorprendidos por la forma en la que hablé. Podía contar con mi una sola mano las veces que hablé firme. Tal vez está era la primera.

Me vio seriamente, tal vez trataba de darme miedo pero aunque estuviera temblando no lo demostré. Alze mi cabeza aun mas mostrando que no le temía. No podía demostrarlo.

Apretó su mandíbula. Ninguno dijo nada.

Para mi sorpresa. Michael pasó a mi lado, caminó de vuelta al cuarto.

Me voltee sin poder creerlo.

-Aisa.

Caminé cuando me llamó. Lo miré expectante por su cambio. No quise moverme mucho porque no estaba segura de su actitud. Cualquier momento podía cambiar de parecer y no quería que se desquitara con Max.

-Vamos a llevarlo a su habitación.- levanté mi vista cuando habló.

-¿En serio?

-No hagas preguntas innecesarias, Aisa.

ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora