Hoy es día de compras.
Después del gran día de ayer y nuestra pequeña celebración en casa, caímos abatidos, pero aquello no interfirió en la inmensa felicidad que emanó de mí.
No hace falta decir que yo fui la última en caer, después de que aquel ramo de rosas llegase a mis pies, pensé por un largo rato.
Me dieron las dos de la mañana y yo aún debatía en silencio, entre las penumbras de la noche con dos amigos borrachos a mi lado.
Después de un rato decidí dejarlo ir, pudo ser tan solo un lindo agrado ¿no?
Tampoco era para alarmarse, además de que la empresa contaba con mi ubicación así que tampoco era una sorpresa.
Olvidando todo aquello, no moví a los chicos de su lugar, tan solo les tendí unas cobijas y almohadas y limpié el desastre hecho por nosotros mismos, para luego subir arriba y dormir como oso hasta el hermoso día de hoy.
Hoy me levante decidida, la alarma sonó a primera hora del día indicándome que era hora de ponerme en pie, para los chicos al parecer también fue lo mismo, porque desde mi habitación pude escucharlos quejarse y moverse por todo el salón.
Agradecía en sobremanera haberme mantenido sobria.
Hice mi rutina con normalidad y pase las horas restantes metida en el teléfono. A la espera de salir a la hora indicada al centro comercial, estaba dispuesta a ir a comprar al menos un atuendo.
Tenía poca cosa ahorrada, pero suficiente para conseguir algo digno de mi primer día de trabajo.
Estaba más allá de emocionada.
Me doy una última repasada en pequeño espejo de la habitación y desordeno mi aún mojado pelo, dejándolo caer sobre mis hombros.
Estaba lista.
Tomo el bolso que descansaban en la esquina de mi cama, este contenía todo lo necesario, mi dinero, llaves, teléfono etc.
Lo cuelgo al hombro y sonrió al espejo encantada.
Aquí vamos, Emery.
Giro sobre mis talones y salgo de la habitación sin titubear mucho. Camino escaleras abajo con ánimos y llegó al primer piso de igual forma, encontrándome con los chicos de una.
- Buenos días, borrachos -Les saludo escaneándoles con la mirada.
Estos se encontraban plácidamente acomodados en el sillón observando un canal el cual yo desconocía.
- Buenos días, ejecutiva -responde un desarreglado y sexy Scott, recién levantando.
Su voz ronca por las mañanas lo era todo.
- ¿A dónde vas tan cambiada? -indaga Carla, echándome un vistazo desde la cabeza a los pies.
Scott desvía la vista y enarca las cejas con burla.
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Prohibido enamorarse
Romance(COMPLETO) (EN EDICIÓN) Emery Jonson, una chica que se gana la vida a duras penas. Grey William, un empresario magnate enamorado del control. Dos polos completamente opuestos se unen formando así una chispa incontrolable, simple sexo sin compromiso...