Hoy el día está igual de agitado que siempre.
Desperté esta mañana y Carla dijo que tenía el día libre, ¡un lunes!
Le comuniqué que intentaría llegar temprano a casa para poder pasar un rato tranquilo entre nosotras y Scott. Por otro lado, convencí a Grey, de que yo tenía que ir junto a él para las compras, dejándole marcado en el cerebro que yo pagaría por todo.
Recojo las carpetas que tengo esparcidas en el escritorio y me levanto con prisa para salir de la oficina a paso rápido, dejando aún aburrido, Grey, centrado en la pantalla de su laptop.
Los acomodo en un solo brazo y salgo, cerrando la puesta a mis espaldas.
Sonrió en cuanto diviso a Clarissa.
- Nena! -vociferó, alegre.
- Oh, mírate -se mofa, sonriente, elevando la vista hacia mí -No te había visto.
- Desde que puse un pide dentro de la empresa, estuve encerrada firmando algunas cosas, ahora solo voy a entregarlas a recepción -le comunicó, agitándolas en mi mano.
- Día difícil ¿no? -inquiere, soltando un largo y cansado suspiro.
- Tú ya lo dijiste.
Este sonríe de lado y se relame los labios, nerviosa.
- Oye Carla, me invito a su casa después del trabajo, ¿todo bien? -inquiere, animada.
- Claro, Scott y yo, planeamos el reunirnos todos de todas formas -murmuro, sin darle mucha importancia.
- Perfecto ahí estaré -vocifera, alegre.
Asiento sonriente y sigo mi camino hacia el ascensor. Una vez dentro presionó el último botón.
Tartamudeo la melódica qué pasa y una vez abajo salgo casi volando de allí.
Camino decidida entre las personas presentes y una vez cruzó la enorme puerta de cristal me dirijo a la gran mesa de recepción.
Pesadamente dejo los papeles encima de la mesa y doy las indicaciones de que son y que harán.
Me paso las manos por el pelo mientras veo como los firman y de pronto siento una sensación extraña en mi estómago.
Frunzo el ceño, extrañada y posicionó mis manos en el mismo. Mi nuca comenzaba a picar sin razón alguna, los nervios fluyeron por si solos después de aquello.
Giro sobre mis talones casi mínimamente y plantó mi mirada en toda la recepción.
La extiendo por la misma, examinando a todos con ojo clínico, para luego recaer en una persona en específico.
Mi cuerpo tiembla de pies a cabezas, haciendo que tenga que apoyarme de la barra de recepción con prisa para no caer de culo.
¿Qué diablos?
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Prohibido enamorarse
Romansa(COMPLETO) (EN EDICIÓN) Emery Jonson, una chica que se gana la vida a duras penas. Grey William, un empresario magnate enamorado del control. Dos polos completamente opuestos se unen formando así una chispa incontrolable, simple sexo sin compromiso...