Quien diablos manda las cartas

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- Creo que ese está bien Grey - digo rodando los ojos.

- Lo dice por salir del paso Señorita Jonson? - dice grey.

- Siempre lo hace - dice Scott rodando los ojos.

- Tú cállate - digo riendo.

Esta mañana amaneció extrañamente soleado...habían dicho que llovería toda la semana pero bueno.

Carla, Scott y grey estaban en la sala jugando Call of duty.

Que hacia grey aquí? Ni idea!!!

Parece que el y Scott se hicieron buenos amigos.

Hoy tendría que reunirme con Alex y Brayan además de que eran como las once y me levanto extremadamente tarde.

Cuando estuve completamente lista para irme primero fui a desayunarme y decidí sentarme un momento a ver jugar a los chicos.

Error! No dejaban de molestar con pura mierda.

Ahora mismo querían hacer lo posible para que me quedara o más bien no dejarme salir pero lastimosamente ya tenía la prisa encima.

- Lo siento chicos pero hablamos más tarde - digo mientras tomos mis cosas.

- Pero si acabo de terminar de cocinar!!! - exige Carla.

- Me guardan - digo alzando una ceja mientras abro la puerta y salgo - No sean animales!! Adiós!!

Y dicho eso cierro y salgo a mil.

Una vez en recepción voy directo al parque y tomo el auto de Scott.

Si! No me lo estoy robando.

Me lo presto para hoy!

Después de salir del apartamento a mil le doy gracias a dios de que hoy no hubiese nada de tránsito y pude llegar prácticamente al instante al restaurante.

Me parqueo rápidamente y lo apago.

Tomó las llaves y salgo del auto no sin antes ponerle seguro.

Camino por la cera y cuando veo el restaurante suspiro y entro.

Doy unos pasos más hasta que me quedo plantada observando donde diablos podría estar esta gente.

El restaurante es sencillo pero tampoco podría decir que no es elegante y algo clásico.

- Buscas a alguien? - dicen detrás mío sobresaltándome.

Volteo y me pongo la mano en el pecho.

- Hola emery! - dice sonriendo.

- Un gusto verte de nuevo Brayan - digo riendo.

- Sígueme por aquí está Alex - dice pasándome por el lado para guiarme.

Caminamos unos largos segundos que parecen eternos entre las mesas.

Y al fin puedo distinguir la cabellera marrón oscuro de Alex.

- Primero las damas señorita - dice Brayan.

- Yo no la llamaría tan daña que digamos - dice alex riendo.

Hago una mueca de ofendida y me siento.

- Soy mucho mas mujer que tú y eso que a ti no se te puede llamar muy hombre! Que digamos - digo con una ceja alzada.

- Me dicen así...y me largo por unos cuantos meses - dice Brayan riendo.

- Eres increíble chica - dice alex riendo.

- Bueno y bien? Ya pidieron? - sugiero.

- Te esperamos para eso - dice Brayan.

- Pero como eres especialista en llegar tarde - dice alex riendo.

Prohibido enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora