Capítulo 1 - Buscando empleo

71.9K 2.5K 606
                                    

Estoy agotada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy agotada.

¿Agotada? No, en realidad estoy muerta.

Llevo desde altas horas de la mañana buscando algún cartel.

¡Algún periódico que diga algo, pero nada!

No puedo estar sin hacer nada mi vida completa.

Tengo veintidós y sí, debería de estar estudiando, pero mis circunstancias no son las correctas.

Emery Johnson, definitivamente no sirves para nada, chica.

Vivo en New York, joder. La ciudad que supuestamente cumpliría mis sueños, pero al parecer la suerte no está de mi lado.

¡¿Ahora mismo?! Mi situación actual, buscando un pastoso y asfixiante empleo. Más lamentable era el hecho de aún no encontraba nada. Ni en los periódicos ni el ningún lado.

Tengo un mes completo en este lío y siento que ya estoy a nada de rendirme, pero una parte de mí quería seguir luchando por ello.

Solo caminó por las grandes y aglomeradas calles de New York, para poder llegar a casa y descansar.

Estoy extremadamente agotada.

Harta de la vida y harta de no tener un narcotraficante que me mantenga como su aliada.

Lo bueno es que para donde me encontraba, mi casa solo estaba a pocos minutos.

Mientras los minutos transcurren a una velocidad deprimente, avanzó por las pobladas calles, pero algo percata mi atención por despiste haciéndome parar al instante.

Frunzo el ceño levemente y desvío mi mirada examinando la posible reliquia a mi izquierda.

Mis manos se sujetaron con fuerza a mi ancho y largo abrigo negro, que me cubría con un simple blanco vestido de segunda mano.

Un cartel.

Claro y conciso, aquel arrugado y desgastado pedazo de papel marcaba con precisión lo que buscaban, "se busca persona dispuesta, urgente disponibilidad de una cajera."

¿Dispuesta? Oh dulzura, ahora mismo me encontraba dispuesta a cualquier cosa.

Tuerzo el gesto al ver el abandonado aspecto de la pequeña tienda, vidrieras sucias y rotas por los laterales, vacías y con pequeños DVD esparcidos por los estantes de exhibición.

Dejando mi orgullo de lado y poniendo por encima de todo, las ganas que tenía de encontrar algo, entro a la pequeña tienda sin pensarlo más de lo necesario.

Al poner un pie dentro, lo primero que mi vista localiza es el hecho de que es una simple tienda de videojuegos. Nada mal teniendo en cuenta que el único juego que conozco es Mario Cars.

Las goteras, rasguños y pequeñas imperfecciones llegan a mis ojos de golpe, haciéndome inevitable el hecho de que juzgar, pero acoplándome a lo que hay y es esto.

Prohibido enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora