Capítulo 7 - No debiste

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Me paso las manos por el vestido arreglándolo por última vez ante el espejo de cuerpo completo

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Me paso las manos por el vestido arreglándolo por última vez ante el espejo de cuerpo completo.

- Tengo que estar perfecta -murmuró para mi misma por lo bajo.

Tienes que esforzarte, no explotarte

Hoy es el gran día.

Había llegado por fin.

Mi primer día de trabajo.

He luchado tanto por ello que ni siquiera me lo creo. Al fin trabajaré de algo que me dejara los frutos necesarios de un buen esfuerzo.

Al parecer el día de hoy los nervios lograron superarme. Mi hora de entrada es a las siete y media. Yo estoy lista desde las cinco y cincuenta de la mañana.

Mis ojos se abrieron a plena madrugada por si solos y luego no volvieron a cerrarse.

Tuve que pasar todo aquel rato mentalizándome para este gran día, cuando dieron las cinco y diez comencé mi ardua rutina.

Mi reloj en estos momentos marcaba las seis y media, debí pasar más de una hora observándose frente al espejo, buscando cualquier detalle inaceptable o imperfección.

¿Y que si esperaría a las siete para partir? Absolutamente no, saldría ganando al llegar más allá de temprano.

No quiero causar primera impresión, quiero hacer las cosas bien.

Mi cuerpo se veía enfundado en el vestido que me regaló Grey, hace tan solo pocos días.

Batalle bastante en tratar de devolvérselo, pero al final no pude, a lo mejor sea egoísta de mi parte, pero en realidad si lo deseaba para este día. Pero fue demasiado el dinero invertido...

Suelo ser no muy buena con esas cosas, pero seguro que cuando obtenga el dinero se lo devolveré.

¿Qué diablos vas a devolverle si eres su empleada? Él te paga a ti.

Me muerdo el labio desviando mi mirada al oscuro pasillo que separaba mi habitación de la de Carla.

Aún faltaban más de dos horas para que aquella despertase, para cuando lo haga ya yo no estaré aquí y con suerte.

Giro sobre mis talones y me inclino sobre mi mesita de noche para agarrar mi cartera y demás cosas con prisa.

Hoy tendría que recibir más especificaciones al respecto así que creo llevar lo suficiente para un primer día, sería casi como un día de prueba.

No tengo de más.

Tomo mi teléfono y observo la hora por última vez antes de dar media vuelta y salir disparada de mi habitación, cerrando la misma con extremo silencio.

Me dirijo a las escaleras y las bajo a toda prisa, con los tacones resonando contra esta.

Una vez llegue el primer piso, tome el dinero para coger el taxi más cercano y le dejé una pequeña nota a Carla, indicándole mi partida y que cocinase algo.

Prohibido enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora