¿Destrucción o salvación? [BTS]

Desconocido.

Estaba en mi departamento sola, estaba esperando que se hiciera la hora de ir a los suburbios, harían una gran fiesta, con drogas y alcohol, es justo lo que necesito. Estaba acostada con mi celular en la cama de la sala-habitación, no es que viva en un departamento con lujos. Una cocina, la sala-habitación y un baño, lo justo y necesario.

La cocina tenía algunas cosas sin lavar que use la noche anterior para cenar y algunas manchas de humedad al igual que el baño, ese… Siendo sincera estaba un poco más desordenado, algunas prendas de ropa interior por el piso y productos de maquillaje por el lavamanos.

El único lugar “decente” era la sala-habitación. Lo digo con comillas porque hay en una mesita de luz un cenicero lleno de colillas de cigarrillos y también porros de marihuana y varios libros al costado de mi cama.
De pronto escucho alguien que está tocando el timbre como si su vida dependiera de ella.

Con desgano me levanto y camino hacia esa desgastada puerta de madera. Lo admito, no vivo en las mejores condiciones, lo poco que ganó como prostituta lo uso para comida y cigarrillos.

Abrí la puerta y me encontré con un lindo chico de cabello naranja, lo mire de pies a cabeza y el me empujó hacia adentró cerrando la puerta, yo fruncí el ceño confundida y molesta.

-¿Qué mierda te pasa? ¡Es mi casa! -Chille enojada.

El se acercó rápido tapando mi boca y rodeando mi cintura con su otro brazo. En ese momento me puse nerviosa, note, que el chico desconocido era todavía las lindo de cerca, sus gruesos labios me dejaron cautivada, sus lindos ojos me hipnotizaron a pesar de haberlos visto solo unos segundos.

Intente alejarme de el pero se escucharon unos pasos apurados afuera de mi departamento y gente diciendo cosas como "creo que se fue por ahí" "síganme"
Luego de eso habrán pasado cinco minutos de silencio en los que el chico pelinaranja no me soltaba, se sentía cómodo estar en esa posición. Me miro a los ojos y me sonrió soltándome.

- Gracias. -Yo solo lo miro y me alejó de el.

-Ándate ahora que ya se fueron, no te quiero acá, chico zanahoria.

El sonríe de lado mirándome. ¿Qué mierda le da gracia?

- Me llamo Jimin, no chico zanahoria. Aunque a vos te dejo decirme así, guapa.

Diciendo eso salió de mi departamento, ¿Jimin? Tiene lindo nombre y su rostro también es lindo... ¿Qué mierda digo? Es un idiota, primero tocando el timbre como si lo fueran a matar, después entrando como si fuera su departamento y luego tocándome como si nos conociéramos de siempre... Dios... Que día más raro.

Ya estaba vestida para ir a la fiesta, unos jeans negro rasgados, una remera roja donde se dejaba ver mi ombligo perforado y una chaqueta de cuero negra.

Todo el camino lo hice caminando, no estaba tan lejos la casa donde se haría, eran todos niños ricos pero estoy segura de que habría drogas y alcohol, sólo por eso iba. Al llegar me quedo afuera viendo a toda la gente, me apoye en un árbol que había en la entrada de la casa prendiendo un cigarrillo, uno que otro chico se me acerco a coquetearme, creo que era la única chica que no se estaba entregando a nadie, veía todas esas chicas plásticas que se entregaban a cualquiera que pasaba.
Lo admito yo también era una perra que se entregaba pero lo hacía para sobrevivir, a mi me pagaban por tener sexo con las personas, ¿La verdad? Nunca lo había hecho con alguien de la cual yo estuviera enamorada.

Estaba en ese árbol relajada, hasta que llegó un lindo chico, seguro que quería ligar conmigo o eso parecía. Me hablaba y no le prestaba atención, era muy niño rico, me harte y entre por primera vez en la noche a la casa. Comencé a caminar esquivando chicas y chicos bailando hasta que llegue a una "barra" era algo improvisado. Me pedí una cerveza y me la dieron.
Me quedé ahí sentada un buen tiempo hasta que comencé a oír muchos gritos.

Una pelea...