Miedo.

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Había dormido hasta las cinco de la tarde. Con pereza me levanté de la cama y tome mi paquete de cigarrillos junto al encendedor. Me fijé cuantos me quedaban, tenía dos, me arrepentí de darle uno a Suga y fumar tantos en la fiesta. Ahora, tendría que ir a comprar y siendo sincera no tenía ganas de salir de casa.

Me puse a desayunar, un yogurt y nada más, después de desayunar me prendí un cigarrillo poniendo música desde mi celular. EXO, BlackPink, Super Junior, NCT y otros grupos sonaban del parlante de mi celular. Me puse a bailar al ritmo de la música de a momentos le daba una calada al cigarrillo. Momentos después suena mi celular haciendo que la canción que sonaba en ese momento parará. Tome el celular y contesté.

- ¿Si? – No me había fijado quien era. Pésimo error.

- Mira niña, o me abrís la puerta o la tiro abajo, ya sabes que soy capaz – Amenazó la persona detrás de la línea telefónica. El miedo corrió por mis venas, el corazón se me aceleró, comencé a transpirar y con miedo abrí la puerta del departamento.

Nadie en el pasillo, mire a los lados y nadie. Rapido cerre la puerta.

- Miedo ¿No?

- ¿Qué querés? No me llames, no vengas a mi departamento, no quiero verte de nuevo en la entrada del edificio. La próxima vez voy a llamar a la policía.

- La policía no va hacer nada. Sabes que soy un juez muy reconoció. ¿A quién le van a creer? ¿A una puta o a un juez? La próxima vez voy a volver y te voy a coger tan duro que no vas a poder caminar, y vas a pedir por mas y mas. – Dicho eso, corto la llamada.

Sentí las lágrimas asomarse por mis ojos, lentamente me deslise con la espalda apoyada en la puerta hasta el piso. Comencé a llorar sin consuelo, gritaba, sollosaba. La verdad quería morir en esos momentos, quería y necesitaba a mi mamá, a… A los chicos… Tome mi celular, cigarrillos y salí del departamento.

Mierda y mas mierda en mi vida. Salí del edificio y comencé a correr, estaba en pijama y no me importaba, quería huir, quería desaparecer. Lágrimas caían por mi rostro, pase por el mercado donde conocí a Jin. Pase por el bar donde Suga me salvó. Luego por la cafetería donde desayune con Kookie y por último la casa de los chicos. Cansada me apoye en su puerta, ya no lloraba pero tenía la respiración agitada, mis ojos hinchados y las mejillas rojas al igual que mi nariz. Escuche risas cerca de la puerta y me aleje un poco indecisa entre tocar el timbre o irme. Cuando por fin decidí irme, se abrió la puerta.

- ¿Ani? – Pregunto esa voz que conocia, era Jin, me gire a mirarlo y el me vio preocupado. Tomó mi mano y me hizo entrar.

Los chicos estaban en el sillón mirando la televisión y riendo entre ellos. Al escuchar los pasos de Jin y míos se giraron, al ver mi aspecto todos se levantaron y corrieron hacia mi preguntandome a los gritos y entre todos a la vez, intente identificar sus voces y lo que decían.

- ¡¿Estas Bien?! – Escuche por parte de RM

- ¿Qué pasó? – Grito Jimin y V.

- ¡Contesta! – Dijo J-Hope

- Chicos, calmados. La voy a llevar arriba, necesita descansar – Jin intento calmarlos, sentía mis lágrimas por mis mejillas, los había hecho preocupar y yo no quería eso, no quería ser una carga para ellos.

Jin me llevo a una habitación, supongo que era la que compartía con Kookie, Jimin y J-Hope. Había dos camas y cada una con otra arriba. Caminamos hasta una y me acostó y arropo.

- Es la cama de Kookie pero no voy a dejar que duermas en la mía ya que es una de arriba y no queremos que te caigas ¿Verdad? – Bromeó con una dulce sonrisa y como típico de él revolvió mi cabello.

¿Destrucción o salvación? [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora