Je t'ai enfin trouvé. (Jungkook)

[Episodio 20]

Jeon Jungkook.

—¡Estúpida niña! —segundo día de colegio, y Mia no me despertó, porque al parecer me quedé dormido. Estaba corriendo como loco para llegar bien al colegio, pero era ya imposible, tenía que haber llegado hace diez minutos.

Corrí, y corrí, después de todo los profesores me dejaron pasar, cuando escucharon en apellido "Jeon" estaba muy despeinado, mi corbata estaba suelta, y mi camisa fuera de mi pantalones. Camine mientras veía mi camisa, arreglando un poco mi aspecto.

—¡Ay! —escuché, había tropezado con alguien, puesto que no vi por donde andaba. —¡Niña! —supongo que ya saben a quien me refiero, Mia era quien estaba parada en frente mio.

—Fíjate quieres. —pasó de mi lado, como es un poco pequeña me da risa cuando se enoja, literalmente parece una bebé.

—¿Porqué no me despertaste?

—¿Porqué tendría que hacerlo?

—Porque.. —no encontré una buena respuesta para ella. —porque si, y ya.

—¡Ash! ya me voy.

—Si vete.—se empezó a alejar. —¡Por cierto! —grité para que se de vuelta. —Deja de pensar tanto en mi Kang.

Seguí caminando, para ir a clase, pero ¿porque ella no esta en clase? Entre al salón, como ayer, la mayoría de las chicas no dejaban de verme, mientras que los chicos murmuraban. Me senté donde mi tutor me había dicho, pero era un poco extraño que Mia no este en frente mio, solo estaba ese chico que siempre pasa con ella.

Llegó la segunda hora de clase, y por fin ella había llegado, cuando se acercó a su asiento, vi como le hacía caras raras a ese chico, tal cual como una niña de preescolar.

..

El receso había empezado.—Jungkookie. —apareció Jimin con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Hola princesita! —le guiñe el ojo.

—Vamos a comer, tengo hambre, retira tu suave trasero de la silla, y vamos.

Reí un poco, y me levante, como no conocía aún nada, yo solo le seguí a Jimin, el giraba, yo giraba, el paraba, yo paraba.

Habíamos llegado a un gran comedor, con muchos estudiantes haciendo fila, y otros en las mesas que estaban ahí.

Nos sentamos en una mesa, y Jimin fue a pedir su gloriosa comida, me sentí un poco incómodo porque todos tenían la vista en mi. Y en unos segundos encontré a Mia, con ese chico de siempre, riendo, mientras ella tenía sus piernas sobre la mesa, dejando ver una parte de sus piernas, su falda era un poco corta.

Se había dado cuenta que la estaba mirando, solo me sacó la lengua, y comenzó a sonreír, como suele hacerlo siempre.

—¡Qué piensas! —gritó Jimin, dando un fuerte golpe en la mesa.

—En ti, guapo. —le guiñe el ojo.

—Se que soy irresistible, pero no tanto.

—Eres una princesa. —reí.

—Ya dime en que piensas. —se sentó.