[Episodio 30]

514 35 0
                                    

Kang Mia.

Cada vez que mi padre llegaba temprano del trabajo, siempre solíamos venir aquí, como hay un lago, siempre nos bañamos aquí, y los juegos son lo mejor, por eso no encontré un lugar mejor en donde estar, fue la mejor opción, aunque no fue muy buena idea quedarme con la misma ropa tres días, me siento asquerosa, y tampoco una buena idea dormir aquí, estoy loca, literalmente loca, el viento y el frío, me hizo daño, de seguro ahora tendré un resfriado.

Me siento mal, muy mal, cierro los ojos, y el nombre Hanna me ataca y me enferma otra vez, deseando ser ella para que Jungkook sienta una pequeña cosquilla de amor, pero es imposible, Jungkook ya tiene dueña, y lamentablemente no soy yo.

Quería respirar un poco, y solo tomé asiento en la hierva, para sentir la brisa en mi cabello, y al fin pude que Jungkook desapareciera de mi mente, pero no de mi corazón, eso es algo que nunca podrá pasar. Aunque quiera.

El viento en mi cara me recuerda mucho cuando era niña, cuando mi padre me llevaba a muchos lugares divertidos. Extraño mucho a ese hombre.

Mi cuerpo recibía un frío, y uno que otro estornudo se escapaba de mi, fueron tres para ser exactos. Y levemente sobe mi nariz para calmarla un poco, y al sentirla esta esta helada, con mis mejillas un poco rojas.

—Salud. —esa voz que no quería escuchar, pero a la vez la necesitaba. Esa voz hizo que mis sentidos se enloquezcan y mi corazón se paralice por unos segundos. Mi piel se erizo, y me obligó a tragar duro, y mis mejillas se tornaron rojas completamente. Jungkook, era Jungkook.
Mi Jungkook.

Voltee a verlo, y tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón, con una sonrisa, que extrañaba verla. Rápido mi estómago sentía un zoológico, y un poco de adrenalina en ella. Tenía los labios abiertos, y no sabía que reaccionar, y solo hice lo que mi cuerpo quería, correr era lo único.

Me levante, y simplemente me eche a correr, pero fue inútil, Jungkook tomó mi brazo, e hizo que mi cuerpo se volteara automáticamente hacia el. —No te vayas otra vez. —Jungkook no se veía mal con el uniforme, y esas palabras, hizo que mi corazón explotará.—Se que fue mi cul..

—¡Callate! —grité, no quería recordar lo que pasó esa noche, y que el mismo Jungkook sobrio, me matará otra vez.

—¿Porqué no dijiste que te irías? —su voz no era la misma.

—No tengo porque hacerlo.
Me fui porque. —lo mire con los mismos ojos de amor—Porque yo ya no voy a quedarme en tu casa. —Jungkook abrió los ojos como plato, y frunció el ceño.

—¡Que! Mia si es por de la noche anterior yo..

—¡No! —grité—¡No quiero escucharte! —mis ojos otra vez se llenaron de lágrimas causadas por Jungkook.

—Solo dejame decirte que..

—¡Nada! ¡No quiero que me digas nada! —ahora las lágrimas ya no eran en mis ojos, ahora rosaban mis mejillas.

—¡Dejame hablar! —Jungkook gritó con mucha fuerza. —¡No era el nombre que quería decir!

Si quiso que me calle, lo logró, ¿me dice la verdad o me quiere ver la cara de estúpida? Aunque ya lo hizo, más de una vez tal vez.

—Jungkook, yo. —suspire—Yo se que amas a Hanna, y, y no hay nada de malo, porque tu eliges con quieres estar, porque yo no soy nada tuyo. —estoy diciendo muchos disparates en un segundo—Tranquilo, no te sientas mal por mi, tu se feliz, tu se feliz con Hanna.

Me dolió horrible decir esas palabras, pero era la realidad, era la pura realidad en esta historia de amor, que yo misma la cree, que yo misma me ilusione.

Y eso era lo que yo estaba, ilusionada, pues Jungkook me hizo sentir bien, demasiado bien, su sonrisa, su bella y hermosa sonrisa, su voz, sus músculos, su todo, exactamente todo. —No te preocupes por mi, porque yo voy a estar bien. —limpie unas lágrimas, y sonreí. —¡Ay di algo! —me exalte un poco.

Jungkook solo reía, reía como si en mi cara estaría un payaso pegado. —¡Si tanto risa te doy para que me buscaste! ¡Estúpido!

Nada, Jungkook seguía sin decirme nada, y con la estúpida sonrisa matadora en su estúpido rostro, y en su estupido cuerpo, y al final la estúpida soy yo.

—¡Jungkook eres un idiota! —frunci el ceño. —¡De que te ries! ¡Te doy lástima verdad! Por eso me ayudaste con Jugneo, porque sientes lástima por mi, claro, claro. —rodee los ojos. —Te odio. —salí de su agarre, y voltee para irme, estaba enojada, furiosa.

Seguí caminando, ya di varios pasos, alejandome de Jungkook, y cada paso dado, cada pedazo de mi corazón caía. El enojo cambió rotundamente, y mi tristeza y dolor apareció, pensé que iba a quedarse conmigo, y decirme que, que me ama, tanto como yo le amo. Y aunque este sentimiento no sea correspondido, jamás cambiara.

Voltee a ver, y Jungkook no estaba, había desaparecido, se había ido, y era obvio, tal vez hizo caso a que fuera feliz, a lo que le dije. ¡Estúpida! Soy una gran estúpida, me detuve, a matarme.

No se como me enamoré de él, no se porque demonios esta tan clavado en mi corazón, no se porque, pero Jungkook es el único que chico que se infiltró tanto en mi, cada vez que se preocupaba por mi, y me ayudaba en cualquier cosa, cuando siempre se acercaba tanto a mi, derritiendo cada parte de mi ser, convirtiendome en papel, que es fácil de quebrar. Ahora tengo mucho miedo, de sufrir demasiado, más de lo que estoy sufriendo ahora.

Empecé ya a caminar, ya es hora que aparezca, quiero ver a Taehyung, que por cierto, no vino por mi. ¿Cómo Jungkook sabía donde estaba? Si Taehyung tiene algo que ver con esto, le mataré, le mataré a ese gran bobo.

—¿Otra vez te piensas ir? —Jungkook apareció de la nada, y mi cara se sorprendió, mi corazón no dejaba de latir, y no dejaba que este quieta. —Qué ha..

—Ahora dejame hablar. —su rostro estaba serio—¡Es la última vez que te vas sin decirme nada! ¡No sabes cuanto sufrí por no tenerte cerca mio, y que me hagas reír por tus babosadas, o con tus ocurrencias! ¡Es la última vez que te vas sin mi! ¡Es la última vez que me harás falta! ¡Niña tonta!

Jungkook otra vez me mato, para volver a revivir, y matarme otra vez.

Je t'ai enfin trouvé.  (Jungkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora