Je t'ai enfin trouvé. (Jungkook)

[Episodio 21]

Kang Mia.

—Entonces, aceptas ir, será solo un momento.

Ok, acepto que me gusta esas películas, pero no se si debería ir, aunque Young es muy lindo conmigo, siempre me pregunta como estoy, y me hace reír mucho. —N-no se, es que yo.

—Ten.—me entregó una entrada. —yo te escribo para vernos, adiós. —beso mi mejilla. —¡Ah! por cierto estas muy..

—¡Mia vamos! —Jungkook apareció de sorpresa, literal, y tomó mi mano, jalandome de allí, para ignorar a Young que se encontraba ya solo en la salida del colegio.

—¡Sueltame! —el agarre de Jungkook era muy difícil de soltarlo. —Ya dejame, estúpido.

Alfin se digno en soltarme en medio del camino. No voy a mentir, me gusto mucho que hiciera eso, aunque no lo demuestre, la cercanía de Jeon Jungkook me da una grande felicidad, que no quiero demostrar.

—¿Qué hacías? —preguntó viendo a la nada, mientras fruncia el ceño.

—Uhm, ¿porque te metes en mi vida?

—Por que quiero.

—Eres un bobo.

—Y tu una berrinchuda, bueno dime que hacías con ese pelos pintados.

—¡Ahg! Bueno ya que, eres tan insistente. —rodee los ojos—Ese "pelos pintados" saldrá conmigo esta tarde, me dio una entrada para el cine. —sonreí.

—Pobrecito.

—Callate. —di un pequeño empujón en su hombro.

Habíamos llegado a la mansión Jeon, los de limpieza me saludaron muy amable, con una sonrisa en sus rostros. Jungkook abrió la puerta de la casa, por un momento creí que me dejaría pasar primero, pero es Jungkook.

Subí corriendo las escaleras, para llegar a la habitación. —¡Hola Lina! —grité desde arriba, pero antes que pueda seguir subiendo, la voz de Jungkook me detuvo.

—¿Aceptaras?

—¿Qué cosa?

—La invitación de ese chico.

—Se llama Young, y puede que si. —alcé mis hombros, y seguí corriendo. Quería tomar un baño, saqué mi uniforme, gracias a Jungkook aprendí a prender la bañera.

La espuma de la bañera me relajó, me senti demasiado bien, el agua en mi cuerpo me daba tranquilidad. Después de mucho tiempo en estar ahí, salí con las yemas de los dedos con arrugas, y mi nariz un poco fría.

Tenía la toalla rodeada en mi cuerpo, y mi cabello se hizo un poco ondulado por lo mojado que estaba, me vestí con un vestido de tela rosado, unas medias largas, y unas botas blancas, ¿Cómo se va a una cita? Ni la menor idea, pero así quize irme.

Cepille mi cabello, y decidí en dejarlo suelto, me puse crema en mi cara, un poco de máscara de pestañas, y como siempre, mi brillo de fresa. Busque un abrigo, uno que combinará con mi vestimenta, y únicamente encontré una chamarra negra, no tenía más que elegir, y la tomé.