Je t'ai enfin trouvé. (Jungkook)

7.

Kang Mia.

—¡Daniel! —grite.

—Hola, no sabía que estarías aquí. —dijo, acercándose a mi, y plasmando un beso en mi mejilla, yo también me había acercado con el ceño fruncido, y el corazón agitado, no pensaba en nada más, solo en irme de allí.

—¿En serio? —y fue así como mi piel se erizo—¿Enserio no sabias que ella estaría aquí? ¿O la estas persiguiendo? —mis pestañas empezaron a temblar, lentamente me fui girando hacia Jungkook, con miedo de todo.

—¿Y cual es tu problema? —dije, creo que Taehyung tiene razón, si quiero olvidarlo, debería tratarlo mal, trague duro o no se si fue el, estábamos no muy separados, y eso ya me hizo más mal.

—No hay ningún problema, solo que estábamos hablando. —dijo rascándose la nuca, desviando la mirada.

—Aja, tu mismo lo dijiste, estábamos. —rodee mis ojos, e intenté volver a girar mi cuerpo, pero fue mega imposible.

—¿Porqué me tratas tan mal?

—Vamos Daniel, vamos a platicar en otro lado, sin la chusma. —en cuanto pronuncie "chusma" mire de pies a cabeza a Jungkook, aunque con todas mis fuerzas, yo quiera odiarlo, dentro de mi hay un gran amor hacia el.

—Esta bien, vamos. —asentí y gire mi cuerpo dejando atrás aquel hombre, solo respiraba profundo, y estaba trastornada, fuera de mis cabales. —¡Qué te parece la universidad! —gritó Daniel, y fue así como moví mi cabeza e intenté conectarme con el.

—Es muy grande ¿no?

—Si, ¿y que es lo sigues?

—Derecho, tengo como mi gran propósito ser abogada, no solo por mi si no..

—¿Si no?—me regalo una tierna sonrisa.

—Por mi papá. —dije entre un suspiro.

—¿Y donde esta el? —preguntó con voz ligera. Sonreí de lado.

—El.. el esta muerto. —dije—Pero yo lo siento siempre aquí. —puse mi mano en mi pecho, mostrando como si mi corazón estuviera ahí. —Es como si me acompañará siempre, siempre.

—Eres muy dulce. —dijo Daniel. —¿Tus clases terminaron ya? —preguntó, tomando un mentón de mi cabello.

—Me faltan dos horas más, y salgo.

—¿Ya no iras a la empresa de los Jeon?

—No. —negué—Ya no, no puedo estar cerca de él. —dije entre suspiros.

(**)

—¿A donde iras? —preguntó Rebecca guardando sus lentes en una cajita rosada.

—Debo ir donde Taehyung.

—¿Taehyung? —preguntó Yoongi. —Ah, el chico pelinegro.

—Pero ¡Miaa! Hoy tenemos los juegos del centro, compramos las entradas.

—Tranquilos, llegare temprano a casa. —chaquee mi lengua para luego sonreír.