[Episodio 45]

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Jeon Jungkook.

—¡Jungkook! —estaba en mi entrenamiento, la madre de Mia quizo quedarse con ella, y no tuve más remedio que aceptar. Taehyung llego a este, demasiado agitado, y un poco preocupado. —¿Qué pasa? —pregunté.

—M-mia. —susurro, y rápido mi pecho quizo salirse, con miedo, mucho miedo. —¿Qué pasó? —lo dije sin aire. Taehyung se quedó tonto, no respondía, tenía sus ojos abiertos, al igual que su boca.

—¡Que pasó! —grité, ya muy desesperado, y unas lágrimas salían de él.—¡Qué pasó por un demonio! —tenía miedo de que fuera lo que creo que es.

—Despertó. —sonrió, sonrió después de mucho tiempo. Me congele, me paralice, me agobie, me atonte.

Sentí que mi pulso volvía, que mi cuerpo recibía una gran felicidad, sentí que mi corazón latía a su ritmo natural, que todo el aire que entran a mis fosas nasales, también entran en mis pulmones, que mis manos, pies, recobran vida, y todo mi cuerpo tenga fuerza. Que la oscura vida que tenía, llegó a iluminarse, mis lágrimas salían, pero de alegría. Mi cabeza, y mi estómago, están felices, y ni hablar de mi corazón, que tiene vida, que tiene alma. No puedo explicar lo que siento ahora, no puedo explicar lo que quiero hacer. No tengo palabras para describir mi gran felicidad.

No deje que Taehyung dijera algo más, y salí corriendo para el hospital, tengo una velocidad impresionante, crucé calles, sin importarme si carros venían o no. No me importaba nada en este momento.

Había mucha gente en mi camino, e impedían mi paso, pero aún así, empuje a todos los que se atraviesan. Y me encontré con la puerta del cuarto donde ella estaba, y dude en abrirla.

¿Y si me odia por algo? Ay, no, que me importa, quiero verla, quiero tenerla. Mientras giraba la perilla, sentí muchos nervios, demasiados diría yo. Y una sensación rara en mi estómago.

Abrí lentamente la puerta, y ella estaba ahí, pálida. No pude aguantar no llorar, tengo demasiada felicidad ahorita. Estaba débil, en la forma que parpadeaba, y respiraba. Y ella me, ella me vio, sonrió, mostrando sus dientes, y no pude contenerme, mis ojos estaban humedecidos, y llorosos. Soñé demasiado con este momento.

—Jun—jungkook. —susurro ella, y efectivamente volví a vivir.

Corrí hacia ella, y tenía que abrazarla, tenía que hacerlo, no me importaba que este así, sudado, con unas pantalonetas, y una camisa un poco sucia. Tenerla en mis brazos, fue quitarme un gran alivio. Tomé sus mejillas, y la bese, fue un beso corto, pero aún así, lo desee tanto, lo anhele tanto, lo necesitaba.
—Te amo, te amo demasiado mi amor. —lo dije antes de estallar en lágrimas.

—Ay. —se quejó.

—¿Pasa algo? —frunci el ceño. Sus manos colgaron en mis brazos, y su cabeza tambaleaba. —Me du-duele la cabeza.

El doctor entró, con la mamá de Mia, ella también estaba muy feliz. —Con permiso, joven.

Resulta, que gracias al accidente que accione, ella perdió un gran porcentaje de vista, y eso implica que ella use lentes. Estaba afuera de su cuarto, estaban dándole medicinas, y haciendole exámenes. No puedo, enserio no puedo. Mia es, es todo para mi, y nunca, nunca nadie podrá cambiar este pregunto sentimiento por ella, por mi tonta.

De inmediato, los amigos de ella llegaron, con dulces, con cositas para ella, y obviamente, con una gran sonrisa en el rostro de cada uno.

La amo tanto.

(×××)

Tres días que fue lo mejor de mi estúpida vida, ella estaba cansada, de tantos exámenes que tiene, la cansaron, y decidió dormirse. Acaricie su cabello, tenerla aquí conmigo, es lo mejor de mi vida.

¿Es posible que ame tanto a una persona?

Si, y yo soy la mejor prueba. Su respiración era la mía su vida era la mía. Ella es mía.—Jungkook deja de balbucear. —esa es mi novia, esa es Kang Mia.

Cállate de una vez, tonto. —al parecer todo lo que pienso, lo estaba diciendo. Bese sus mejillas, haciendo sonidos raros, y graciosos, provocando que ella sonriera. —Te odio, tonto.

Y el sueño que tenía, desapareció. Sonreí, como un gran idiota. —Besame ya, besame, besame, be...

Sus labios estaban con los míos, después de meses, lo tenía aquí, después de lágrimas, y momentos tristes, por fin, la tenía en mi poder, en mis labios. Sus labios son así de exquisitos como antes, saboree cada detalle. Tenerla aquí, es fantástico. Aún seguía débil, por eso no profundice el beso, no quize causarle problemas.

Ella tomó sus lentes, y la culpabilidad me llegó, y otra vez ese estúpido accidente recorrió mi mente. —Perdoname. —susurre, bajando la cabeza.

—¿De qué—tosio—hablas?

—Es mi culpa, que tu estés así.

—¡Claro que no! —gritó—No lo vuelvas a decir, o te mato.

—Pero..

—Nada. —beso mis labios—Nada cariño. —y esa palabra es la que extrañaba escuchar. Mi felicidad estaba completamente recuperada.

Escuche como la puerta del cuarto se abría, ella y yo regresamos a ver, y era la persona que menos quería ver. Young ya no era el mismo, a él le importaba Mia, pero tiene novia, y eso es bueno, creo. Pero Daniel, ese estúpido de Daniel, entró al cuarto donde mi novia estaba. Y no entiendo, si no la conoce, porque demonios entra como si fuera parte de la familia, o si fuera amigos. Que demonios.

—¿Puedo?

—¡Daniel! —gritó ella. Esperen, esperen, ¿Qué?

—¿Cómo lo conoces? —frunci el ceño, y un poco molesto. —Es el chico de la tienda, y el trabajador de tu padre, los dos lo conocemos, tontito.

—Claro. —el sonrió—Tontito.

Y el Jungkook celoso, volvió aparecer. Y esque la mira, con deseo, y eso me enferma, literalmente, me enferma. Le sonríe, y todo. ¡AAAAASH!

Pero bueno, Mia despertó, y ahora se encuentra estable, y bella. Y no puedo enojarme con esa preciosa, por ahora no. No arruinare nuestra felicidad, por un estúpido.

(••)

Te amo.

Y esa era la palabra que quería decir, y ya no un te extraño cada día que pasaba en el hospital.

Je t'ai enfin trouvé.  (Jungkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora