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Después de haber estado una semana en Barcelona me voy a Inglaterra a ver a Santiago.

Llegamos a la madrugada, mientras mi mamá retiraba el auto que habíamos alquilado yo le avisaba a Santi que ya estábamos acá.

- Me dijo que vayamos a su departamento, y que si llegamos después de las ocho la llave la va a tener el portero. -comenté mientas subimos al auto.

Obviamente que llegamos después de las ocho. Antes habíamos pasado a desayunar y hacer las típicas bolucompras.
A las doce volvió mi hermano, mi mamá había preparado su comida favorita; guiso de lentejas. Todo muy lindo, pero hacen como treinta grados.

- ¡Que grande que estas!- me abrazó. La nostalgia le pega fuerte. A mi también.

- Vos también- susurré cuando lo abracé aspirando su aroma.

Almorzamos los tres juntos, como lo hacíamos unos meses atras. Siempre fuimos de esos hermanos unidos, criados sin diferencias y alegrandonos por las victorias del otro; y ahora, que estamos a miles de kilómetros de distancia, valoro mucho más el tiempo que paso con Santiago.

- No seas boluda y hablá con él. -dijo después de haberle contado lo que pasó con Julián- por lo que me decís prácticamente terminaron, pero se siguen mando historias diciéndose lo mucho que se aman. Ya sabes que Julián es me dio corto a veces, pero esta enamorado de vos.

- ¿Que va a pasar cuando vuelva y este con Delfina? ¿Y si se cansa de mi?

- Te voy a aconsejar como el amigo que soy de él. - le pasé un mate- Julián nunca estuvo así por nadie, es la primera vez que habla tanto de una persona, que le brillan los ojos y se emociona cuando te ve. Es emocionante para mi saber que alguien te quiere tanto, que te cuida. Julián es el indicado, pero eso lo tenes que decidir vos.

Asentí y fui a abrir la puerta; habían tocado el timbre. Seguramente era mi mamá, había ido a comprar.

- ¿Hola?

- Hola, amor.

AMAR(te); Julián Álvarez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora