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Subí al avión y empecé a buscar mi asiento, cuando lo encontré me senté y acomodé mis cosas.

El vuelo salía a las doce de la noche, y por primera vez no llegué corriendo. Todo gracias a que viajaba con el club.

- Estoy tan emocionada- Luna se sentó adelante.

- Sentate acá, boba. -señalé el lugar libre junto a mi.

- Te quiero, pero sos re densa como compañera.

Rodé los ojos y decidí ignorarla; muy madura por suerte. Conecté mis auriculares con el celular, para ponerle play a mi playlist.

El vuelo no iba a ser más de una hora y media, pero creo que no hay mejor cosa que estar acompañada de la música.

Vi a mi hermano sentarse con Bruno y en ese momento supe que este era un plan macabro. Julián venia por el pasillo y al verme sonrió.

- ¿Me puedo sentar acá?- preguntó con una sonrisa. Cordobés, no podes ser más hermoso.

Asentí restándole importancia.

Se sentó, sacó sus auriculares y me miró.

- ¿Dormiste bien estos días?

- Si, ¿Por qué?

- Tenes cara de cansada- alzó los hombro- si querés te podes apoyar en mi hombro.

- No creo que duerma, no es muy largo el viaje. Gracias igual.

- Que bueno que no duermas.- soltó. Levanté mi ceja- me refiero a que quiero hablar con vos, y no voy a poder si dormís.

- Y no- reí- ¿qué querés hablar?

- De nosotros. - me quité los auriculares para escucharlo mejor; esto me interesaba.

- ¿De nosotros?-asintió- no hay un nosotros.

- Ya lo sé, no hace falta que me lo digas. -dijo de mala manera.

Lo miré y volví a ponerme los auriculares, lo que menos necesitaba era a un pibito histérico.

- Sol estamos hablando, no me ignores.

- Déjate de joder, Julián. - le puse, nuevamente, play a mi playlist y me tapé con manta que llevaba a todos los viajes.

(...)

A eso de las nueve menos veinte bajé a desayunar. No había muchos jugadores en el comedor, pero en cualquier momento iban a llegar. Me serví un té negro y tostadas.

Fui hasta la mesa donde estaban Santiago, Lucas y Bruno.

- Buen día- saludé y tomé asiento al lado de mi hermano, quien besó mi coronilla.

- Hola solcito- saludó Lucas y sonreí. Bruno me miró con una sonrisa y movió su mano; estaba comiendo.

- ¿Como dormiste?- preguntó mi hermano. Ayer cuando llegamos cada uno se fue a su habitación y no hablaba con él desde el día anterior.

- Bien, viste como es Luna.

- ¿Están peleadas?

- No, pero tiene actitudes de mierda. - él asintió y cambió de tema para integrar a los otros dos.

Luna, Nahuel y Julián llegan al comedor.
Los Gallardo van para otra mesa y Álvarez viene para la nuestra.

- Buenas- se sienta al lado de Lucas. Todos lo saludan, yo me limité a mirarlo y seguir tomando té.

Al ver que no recibió una respuesta de mi parte, me habló directamente.

- Hola, Sol.

- Hola.- contesté. Mi hermano golpeó suavemente mi brazo llamando mi atención. - ¿Como estas Julián?

El cordobés le sonrió a Santiago y luego a mi.

- Muy bien.

Después del desayuno volví a mi habitación, iríamos a recorrer un poco la ciudad hasta que se haga la hora de ir a la cancha.

- ¿Que pasó con Julián?- preguntó Luna.

- Nada, es un histérico de mierda.

- Un histérico que te quiere.

- No empieces con eso- la miré- las dos sabemos que no es así. Para mi que se dio cuenta que estoy enamorada de él y hace todo esto a propósito.

- Julián no es así.

-¿Cómo sabes si lo conoces hace menos tiempo que yo?

Me miró con una ceja levantada. Sabía que le había molestado mi comentario, ¿pero que más podia hacer si era verdad?

Luna es así; Cree conocer a las personas cuando es todo lo contrario

- Me había olvidado que no se puede hablar de Julián con vos.

- ¿Y con quien más vas a hablar de él?

- Con Lula, a ella si le da bola.

La miré y sin decir nada me levanté del local de comida rápida para después irme.

Gracias por todo, amiga.

AMAR(te); Julián Álvarez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora