Ephraim dormía tranquilamente sobre el colchón gastado de mi cama, con los mechones azulados de su cabello cubriendo parte de su rostro. Su cola se movía lentamente como si bailara al son de su respiración.
Dejé el cuaderno a un lado de la cabecera de la cama y me senté junto a Ephraim, admirando como, a medida que se quedaba dormido, se transformaba lentamente.
Escamas cubrían sus mejillas de manera parcial y su nuca estaba completamente cubierto de estas resistentes y flexibles escamas. Sus orejas puntiagudas y con un corte de sierra, bastante peculiares que hacía al cartilago tener unos picos innecesarios pero llamativos. ¿Serían la cantidad de picos un indicador de algo?
Acaricié su cabeza, peinando su cabello suave llevando los mechones que se interponían en su rostro hacia detrás de su oreja.
Los ronroneos volvían y llenaban el cuarto de una sensación agradable, como si un gato te hiciera compañía en la soledad del lugar.
- Quizás debes ser una cruza, ¿No lo has pensado? -sonreí, aún rascando su cabeza que tan feliz lo ponía.- Dicen que los hijos de cruza son muy extraños, generalmente nacen de una forma u otra, pero hay veces en que nacen como mezclas... -Dije y una idea vino a mi cabeza.- ¡Ephraim! -Chillé, pero el dragón ya estaba completamente dormido.
En un santiamén, asumió la forma feral, como un dragón. A pesar de que desde el abdomen hacia abajo estaban en el suelo, su pecho y el largo de su cuello ocupaban gran parte de la cama, evitaba usar la cabecera que era el lugar donde me encontraba.
Agarro su cabeza de la mandíbula y la levanté, posicionando mis piernas a los lados de su cuello y su cabeza recostándola encima de mi vientre, parecía muy cómodo y sus ronroneos hacían cosquillas en mis piernas.
Se notaba de lejos que Ephraim estaba exhausto, que había pasado la noche en vela, y que sus heridas le dolían. Aún así, debe haber un secreto... Las mordidas de un oso son letales, sin embargo la que tiene Ephraim en el hombro es muy pequeña. La mordida en mi espalda es mucho más profunda. Ephraim no tiene grasa que lo proteja como los hipopótamos o rinocerontes... Entonces ¿Cómo? ¿Serían las escamas?
Con la emoción que tenía de descubrir las maravillas ocultas en Ephraim, me pasé la madrugada pensando en cada cosa que podría tener una respuesta para el cuaderno de notas.
‡†‡
- ¡Tíos! ¡Despierten! - Aullaba con fuerza el lobo negro, saltando arriba de Ephraim en su forma humana.
Abrí mis ojos lentamente para ver la escena del dragón asfixiandose.
- Has... Que se detenga... -Dijo mientras entrecortadamente producía ruidos extraños con la garganta.
- ¡Tío, tío, tío! -reía dando saltos encima de la tráquea del reptil.
- ¡A- ah! ¡Theo! ¡No hagas eso, le romperás el cuello! -Gritó otra persona, entrando en el cuarto.
- Pero, papá... -gimoteó el lobo dejándose agarrar por las axilas.
- Buenos días, Nai. -sonríe Isaac con una cara un tanto distinta y pervertida.- ¿La pasaste bien anoche? -se burló, susurrando sus últimas palabras en mi oreja.
- ¿P-por qué lo dices? -pregunté alzando una ceja, nervioso, el solo señaló con su índice a Ephraim sonrojado, sin polera, con los pantalones un poco caídos, desabrochados, con los boxers salvando su imágen de estar completamente desnudo

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Hambre [BL]
FantasyNael siempre odió ser una bestia. Más que odiar, se sentía... Incomprendido. Nael quería mantener su lado humano como el lado iluminado de la luna mientras que el lado oscuro ocultaba sus instintos, deseos y lo salvaje de ser una bestia. Pero no pod...