29. El inicio de un desastre (Parte 2).

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Estaba realmente cansado, quería acostarse en su cama, cerrar los ojos y dormir por un día sin preocupaciones.

O volver a ese espacio donde los brazos y manos del dragón le toman con cuidado y lo cubren con sus alas, fuerte bajo sonido del bombeo del corazón de Ephraim.

Mientras reposaba apoyado en el muro recordando ese buen momento, Nael oyó esa irritante voz.

— ¿Jugando a la reina? —se burla el lince, Dennis mientras aparecía por un lado.

— ¿Y ahora qué mierda quieres? —responde jadeante y de mala gana.

— Woah, ¿estás en celo o qué? — se paró frente al lobo y llegó a la conclusión.

Si parecía que el lobo estuviera en celo pero, Nael sabía muy bien que no se trataba de eso. Su rostro estaba sonrojado, jadeante y sus manos temblorosas sostenían sus brazos.

— ¿Qué mierda quieres? —ladró en defensa al ver que el lince mostraba unas garras afiladas y su transformación ligeramente se revelaba. Estaba listo para atacar.

— Resolvamos esto. —siseó.

— ¿Y si no quiero? —pregunta Nael.

— Supongo que tendría que usar esto. —de manera suave y tranquila con una sonrisa que buscaba la maldad, revisaba su teléfono hasta encontrar en su galería y mostrarle a Nael.

Era una vaga imagen pero se veía claro como el agua. Eran Nael y Ephraim besándose en la enfermería y digamos que no era solo un beso.

La foto habría sido tomada desde la ventana de la enfermería.

Nael gruñó. Mostró sus hileras de dientes y de inmediato, al igual que Dennis, su transformación se reveló parcialmente, sus orejas se echaron hacia atrás y su cola se erizó. Iba a arrojarse contra el lince y hacer mierda ese teléfono.

— Si ganas borras la imágen. —sonríe.

— ¿Y si pierdo? —pregunta con una mirada de odio.

— Ya veremos.

Entonces los brazos de Nael, envueltos en el pelaje negro como petróleo y con esas peligrosas garras se alistaron para atacar y de una sola carrera se embistió contra Dennis pero el lince era en teoría más ágil y rápido, evadir el ataque no era mucho trabajo.

Entonces el lobo salió al acecho.

¿Era idea de Dennis o el lobo se habría teñido algunos mechones de cabello? El negro tomaba parte de su cabellera.

Toda la escuela estaba en el gimnasio o en las canchas. Practicamente no quedaba nadie en los edificios y persiguiendo el uno al otro, correteandose cómo gato y perro, Nael tras Dennis, se alejaron de los camerinos.

— Dios... El frío en este maldito país es horrible. —escupe sus palabras.— ¿Nael? —miró a sus alrededores, esperando encontrar al lobo pero no había nadie, ni una sola alma alrededor.

¿Quizás se habría adelantado? O puede ser que haya tenido algo que hacer... La verdad es que Ephraim no le dió muchas vueltas tampoco y después de haber buscado un poco y confirmar que el lobo no estaba alrededor, se fue hacia el gimnasio con sus mil y un abrigos encima.

Sintio un ligero cosquilleo en las alas y continúo con sus deberes hacia el gimnasio.

Al llegar al lugar, Zacarías le golpeó la espalda con una gran palmada.

— Justo a tiempo Pherae.  Ya va comenzar la prueba de fuerza.

— ¿Has visto a Nael? —pregunta desinteresado.

Hambre [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora