35. Primavera.

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Nael se paró de la silla de ruedas, su padre abrió la puerta del auto e Isaac le ayudó a subirse.

Finalmente podría regresar a casa, el problema seguía siendo que nadie nunca le dijo a su familia que él era en realidad una bestia ancestral. ¿Qué pasará la próxima vez que se transformase en aquella bestia?

Todos se subieron al auto, Isaac conducía.

-¿Y tú por qué estás en el auto?-pregunta el padre de familia, quien iba en el copiloto, apuntando con el dedo a la cabeza de cabello turquesa que resaltaba con fuerza.

- Yo lo invité papá. -contesta Charlie, cruzando los dedos de sus manos con una suave sonrisa.

- Por todo lo que ha hecho estos días, lo mínimo es que lo invitemos a la casa un rato, ¿No?-Dice Isaac partiendo el auto.

Nael y Ephraim ambos estaban algo incómodos, sus hombros se tocaban en el estrecho auto para cinco personas. Charlie no era pequeño y eso lo hacía un poco más estrecho.

- Lo siento señor. -se reía nervioso el dragón.

Los dedos de Nael acariciaron la pierna del dragón sentado a su izquierda.

Isaac en el puesto de piloto, su padre en el copiloto y los tres asientos de atrás en el siguiente orden de Ephraim, Nael y Charlie.

Por tanto, las caricias de Nael estaban ocultas para los ojos de todos excepto Ephraim.

El único que no tenía una idea de la relación de ambos era el padre de familia. Isaac se enteró en el momento que los vio a ambos en la cama una mañana y Charlie quien se había enterado luego de presionar un poco al lobo y hacer que confesara.

- Oí que Nai ahora debe comer carne cruda todos los días. -mencionaba Isaac.- Si no fuéramos amigos de los carniceros te aseguro que nos saldría un ojo de la cara.

- Aunque al menos gastaremos dinero para que coma. -contesta Charlie.- Prefiero eso a como era antes. Los gastos en comida no eran nada porque Nai no comía.

Los dedos de Nael rascaron la pierna del dragón, como si quisiera llamar su atención ligeramente.

- En eso, Charlie tiene un punto. -contestaba la grave voz del padre de familia.

Ephraim al sentir el ligero cosquilleo por encima de sus pantalones de mezclilla, bajó su mano para atender la comezón pero solo encontró la mano de Nael, ambos tocando las pieles del otro.

El dragón dirigió su mirada al lobo y este sonrió, mostrando sus colmillos.

Isaac, Richard y Charlie mantenían una conversación respecto la nueva dieta alimenticia de Nael, mientras que ambos jóvenes coqueteaban y jugueteaban sus manos por el espacio entre sus piernas.

Tan embobados estaban, pellizcando los dedos del otro que no se percatar de la pregunta que se les estaba haciendo.

- ¿Nael? -de pronto el auto se había quedado en silencio.

- ¿Eh? ¿Ah? -el lobo pegó un salto y se guardo la mano juguetona en el bolsillo mientras que Ephraim escondía la suya bajo su pierna.

Charlie susurró, sabiendo que solo el fino oído de Nado podría oírlo.

- Papá estaba preguntando si sabías el por qué de la dieta.

- Ah... -Nael algo lento no supo como contestar que en verdad no era un lobo y su dieta era la recomendada para una bestia sanguinaria come bestias.

- Nai resulta ser un tipo especial de lobo que se asemeja un poco más al lobo salvaje. -Contesta Ephraim con seguridad al ver que el lobo se trababa con sus palabras.

Hambre [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora