Luego del pequeño percance de Ephraim, su ser comenzaba a controlarse aunque seguía actuando de manera muy extraña y a pesar de que le pregunté si esto le había pasado antes, su respuesta fue no.
Miré la mano con la que acaricié a Ephraim momentos atrás. Él estaba hablando con Dante al parecer de la avecinada pelea contra Ben.
Aún nos quedaba una hora en la escuela. La próxima clase era gimnasia, gracias al cielo tenía una licencia para evitarlo. Por primera vez agradecía tener el brazo así.
Quizás debería retirarme y entregar los papeles de Alaska lo antes posible para quitarme un peso de encima, luego iría a casa de Ephraim como se había acordado, pero en lo más profundo de mi, mi instinto gritaba que era peligroso.
Fui a la sala de profesores para mostrar mi licencia y preguntar si podía retirarme temprano y nadie mostró queja alguna así que tomé mis cosas y me dirigí a la salida donde, para mí sorpresa me crucé con Dante y Ephraim.
- ¿Y ustedes? -pregunté. Ephraim me miró, se estremeció, tragó con dificultad y desvió la mirada.
- Ephraim dice que se siente mal así que me ofrecí para acompañarlo hasta su casa. -sonreía, moviendo su cola que escapa por debajo de su suéter. Una cola negra con un suave mechón de color crema en la punta de esta.
- Ya veo. ¿Los acompaño? -pregunté, apresurando el paso para acomodarme y caminar junto a Dante.
- Claro. -Dante cargaba con ambas mochilas, la suya y la de Ephraim sin problema, además de un bolso de gimnasia que le pertenecía a él.- Ah... Pero... ¿La profe no te había encomendado algo? -ladeó su cabeza. Ephraim nos miraba en silencio.
- Debo entregarle unos papeles a un tal Alaska. -susurré sacando de mi bolsillo una dirección, la que me había entregado la profesora Shemir. Dante tomo el pequeño papel y lo miró un segundo, se extrañó y luego gritó un poco.
- ¡Ah! Alaska es mi vecino. -sonrió.
- ¿¡De verdad!? -ladré inconsciente.
- Si. -afirmaba.- Que tal si llevas a tu novio a tu casa y yo le entrego los papeles a Mikha- digo, a Alaska. -explicaba haciendo señas en el aire con sus manos y cola bastante nervioso.- ¿Te parece?
- Gracias, de verdad. Pero Ephraim y yo no somos novios. -dije sin poder quitarme la cara de felicidad mientras sacaba los papeles de mi mochila y hacía entrega de estos a la misteriosa bestia.
- No hay de qué. Pero yo no creo que la gente se vaya marcando entre si como algo común. -se acercó a mi, tomó mi hombro y redujo aún más su distancia conmigo.- En especial cuando se trata de dragones. Ten cuidado. -se alejó, me entregó la mochila de Ephraim, sonrió y me guiñó un ojo, acto seguido se fue.
- ¿Ah? -me habían dejado con toda la intriga.
Miré a Ephraim. Parecía estar un poco molesto, me atrevería a decir celoso.
- Tu y yo tenemos que hablar. -fruncí el ceño y coloqué la mochila de Ephraim en mi espalda.
- ¿Qu- qué cosa? -pregunta de manera suave y tímida ¿Dónde estaba el Ephraim cuidadoso, sarcástico y burlón que conocía?
- ¿Qué es eso de que me marcaste? -me crucé de brazos mientras caminabamos.
Ephraim dio un pequeño saltito. Al parecer no se esperaba mi pregunta.
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Hambre [BL]
FantasíaNael siempre odió ser una bestia. Más que odiar, se sentía... Incomprendido. Nael quería mantener su lado humano como el lado iluminado de la luna mientras que el lado oscuro ocultaba sus instintos, deseos y lo salvaje de ser una bestia. Pero no pod...