Dolía pisar con su uña partida. Ambos, Ephraim y Nael habían vuelto de la enfermería. El lobo caminaba con cuidado y un poco cojeante.
En cuanto el león de piel negra y melena blanca vió que Nael había vuelto, corrió desde su lugar a un lado de Mikhail para cariñoso tal cual como un gato, frotarse contra el lobo con afecto. El dragón negro, furioso se levantó de su lugar en la silla y tomó la melena blanca para jalar de esta, alejando al león del lobo.
— ¡¿Porqué me tiras la melena!? —rugió.
— Cosas de dragones.
Y obviamente los dragones no hacían eso, Mikhail solo era un celoso de mierda y Ephraim lo sabía bien.
¿Desde cuándo era tan negro el lobo?
Mikhail guardó la distancia y con la mirada seria comenzó a alejarse.
— ¿Mikha? ¿A dónde vas? ¡Espérame! —vio el león como se alejaba el dragón.
— Tengo frío. —fueron sus palabras mientras se alejaba y el león, luego de despedirse de Ephraim y Nael fue tras él.
— ¿Quieres sentarte? —preguntó el dragón blanco.
— Aún siento cosquillas en el culo. —se quejó, transformándose de vuelta a la figura de un chico humano de cabello despeinado y pelirrojo.
Ephraim se reía con suavidad.
— Tú fuiste el que sugirió.
— Y tú el que insistió.
Ambos se miraron con seriedad en luego simplemente rieron.
Cuando ambos dieron noticia de lo que había sucedido a la profesora encargada de la carrera, fueron a tomar asiento y dar por finalizado el día sin más que hacer que mirar las pruebas del resto.
Ephraim quería proponerle a Nael salir el fin de semana como... Una cita. Sinceramente, el dragón no le atraía mucho antes, la idea de salir a pasear ni mucho menos pero realmente tenía ganas de salir con el lobo, enterarse de sus gustos o de sus hobbies.
Estaban en la esquina de más al fondo entre la gente que miraba concentrada las carreras y pruebas de fuerza. Nadie les miraba.
El dragón, mientras pensaba en sus mil y una maneras de preguntarle a Nael, algo se escurrió en su mano y se entrelazó con sus dedos. Nael tomó su mano mientras miraba su teléfono con una sonrisa.
Los pelos en la punta de la cola de Ephraim se erizaron como nunca.
— ¿Quieres ir a alguna parte el fin de semana? —pregunta finalmente el dragón, desafinando un poco, avergonzandose por el extraño sonido de su voz.
— Claro. —respondió el mamífero mientras que su cola se comenzó a menear de un lado a otro con fuerza, azotandose contra el piso.
El contraste de temperaturas. Era agradable, Nael era el calor y Ephraim el frío. El contraste de sensaciones dónde la áspera piel de las almohadillas de un lobo se frotaban contra la suavidad de los dedos de un dragón. Y el contraste de tamaños, la mano de Nael era pequeña y se veía envuelta en el agarre del dragón en su amplia y flexible mano delgada de dedos largos.
— Pherae. —Era el profesor Drottel.— Ahora mismo hay un evento dentro del gimnasio. Ve a cambiarte.
— ¿Ah? ¿Ahora? —pregunta un poco molesto.
— Si, ahora. Ve a cambiarte si no quieres que te ponga la peor nota.
— ¿Y no puedo ir así? —pregunto mostrando su atuendo.
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Hambre [BL]
FantasíaNael siempre odió ser una bestia. Más que odiar, se sentía... Incomprendido. Nael quería mantener su lado humano como el lado iluminado de la luna mientras que el lado oscuro ocultaba sus instintos, deseos y lo salvaje de ser una bestia. Pero no pod...