12. Su Dominio.

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Mientras caminaba por un pasillo de la escuela con un cabestrillo en el brazo, Ephraim venía en dirección contraria.

- ¡Ephraim! Hola. -saludé sonriente.

Sus ojos, los mismos con los que me miró la última vez, pusieron su vista sobre mi y me ignoraron completamente.

¿Que sería esa extraña mirada?

...

Luego de la desastrosa semana saltando las clases, volvíamos a estas.

Con Ephraim no hemos podido hablar desde entonces. Cuando yo habría vuelto de la clínica con mi hermano, Theo dijo que justo antes de que llegáramos, el dragón se había marchado.

Mi corazón se sentía un poco vacío. Quería una explicación. Me sentía pésimo y no era por el cabestrillo que mantenía mi esguince de codo en su lugar. Era como si mis instintos y todo ese lobo salvaje dentro de mi me estuviera aullando lo tarado que soy.

La clase de biología corría con la aburrida secuencia de diapositivas sobre las bestias. Y eso no me hacía sentir mejor. A pesar de que biología era mi materia favorita, no podía disfrutarla estando en ese estado.

- Existen siete tipos de bestia Soberanas conocidas hasta ahora. -mencionaba de a poco la profesora Shemir, un inusual Venado albino.- Los leviatanes, los dragones, Entes, Sirenas, Limos, Arañas y Finalmente las mestizos. -Explicaba.- Las más conocidas son efectivamente los Mestizos. Pues con la sociedad de hoy en día, hay un 5 por ciento de probabilidades que el recién nacido sea mestizo. Del resto de las razas se sabe muy poco o nada. Cómo el caso de los leviatanes, descubiertos hace solo dos años.-Y blah blah blah. No decía nada que me interesara en ese momento, solo la clasificación de dragón como una Bestia soberana. ¿Qué querrían decir con eso?

¿Acaso era para recalcar la inmensa fuerza de Ephraim? ¿O tal vez esas bestias en verdad estaban pensadas para soberar entre las bestias? Pues al parecer todas las mencionadas bestias Soberanas podían almacenar una gran fuerza.

Entonces, mis ojos comenzaban a cerrarse.

Estaba tan cansado, pues el incidente de ayer no me había dejado dormir.

Quería hablar con Ephraim de manera tendida sobre lo que había pasado. Pero en el momento que me lo cruzaba, me ignoraba completamente y se dirigía a la enfermería.

- ¡Nael L'arachel! -Sentí un azote a mi cabeza algo intenso.- Pon atención. -gruñó la profesora y la clase se rió.

Genial. Nada me sale bien.

Ya luego de un rato, la campana sonó. Y la profe me pidió que fuera a la sala de profesores, probablemente para retarme por quedarme dormido en su clase.

Me levanté de mi pupitre, y me dirigí a la salida del aula aunque choqué contra alguien y de inmediato caí directo al suelo del pasillo, golpeando un poco mi cabeza al no poder usar mi brazo izquierdo por el cabestrillo.

- ¡Perdón! -oí.- No te había visto...-entonces apareció una mano frente a mi. Una mano fría de la cual decidí aceptar su ayuda y con una enorme fuerza le levantó del suelo por unos segundos y me volvió a bajar para dejarme parado en mi pies.- Soy Dante. -sonrió.- Soy nuevo acá. -de cabello blanco albino, con un fleco que caía encima de sus ojos pero los apartaba y ojos de un tono gris bastante claro, tanto que parecía blanco. Se veía fuerte. Sin embargo, a pesar de que me había dicho su nombre, no pude reconocer lo que era.

 Sin embargo, a pesar de que me había dicho su nombre, no pude reconocer lo que era

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Hambre [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora