26. Apuesta.

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Ya había pasado un par de semanas.

"Sexo Homosexual" era un título bastante intrigante en el teléfono de Nael. Leía bastante metido en el tema un tanto tabú en el interior de su cuarto.

- Insertar los- uh... -Nael susurra balanceándose en la silla de su escritorio.

Ante el vago recuerdo de su promesa con Ephraim, comenzó a investigar. No faltaba mucho para que el muslo del dragón sanara. Bajo el cuidado de Jamil, sanaba tan rápido como un avión que Nael no había tenido ni el tiempo de pensar en la existencia de dicha promesa.

Vio porno gay pero lucía un poco más brusco de lo que pensaba y lo que esperaba. No era un tópico que le llamara hacer. Le gustaba lo que habían hecho hasta ahora. Se había sentido bien, exceptuando claro las partes de los mordiscos y garras.

Pero la cantidad de preparación que requería este nuevo tipo de sexo que Nael nunca habría pensado en tener, era bastante.

Ya le daba vergüenza la idea de tener que comprar lubricante.

¡¿Quien diablos sabría de sexo gay a su alrededor?! Claramente no iba consultarlo con su hermano. Entonces, la escena de Dante que dejaba los condones a un lado de la cama de la enfermería vino a su cabeza en un corto flashback.

¿Sería Dante gay o al menos tendría conocimiento de eso? Aunque no podía preguntarle a alguien supuestamente dos años menor...

- Ya suficiente estudio de sexo mejor me voy a dormir.-dice para sí mientras se arrojaba al interior de la cama.

No podía quedarse tranquilo.

Dos semanas. Desde que Nael le había cortado los cuernos, el dragón no había hecho nada pervertido. No habían hecho nada de nada. Y el lobo odiaba admitirlo pero era verdad, estaba con las ganas de hace rato de querer hacer algo.

No estaban saliendo y hacían un millón de cosas. ¡Ahora que ambos estaban en algo, no hacían nada! Cierto era que Ephraim le trataba con sumo cuidado y cariño. Los besos no faltaban pero no eran para nada calientes.

Nael levantó las sábanas y reveló su erección montando un campamento bajo los pantalones de su pijama.

- ¡Maldita sea! -aulló.- ¡Instintos inútiles!

Nael caminaba por la acera, en dirección a la escuela hasta que oyó la voz de Ephraim a lo que sus orejas saltaron de inmediato y su cola se meneaba de un lado a otro.

- ¡Nael! -venía solo un poco más atrás y trotó un poco para alcanzar al lobo y poder caminar lado a lado.

- buenos días. -saluda mientras miraba el rostro del dragón que venía tan abrigado como un esquimal.

- Buenos días. -Correspondiendo al saludo, acarició suavemente la mejilla de Nael con su fría mano.

 -Correspondiendo al saludo, acarició suavemente la mejilla de Nael con su fría mano

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Hambre [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora