Hambre [BL]

32. Despertar.

El lobo sintió un aroma ajeno, un sentimiento pesado, su cuerpo entero como si estuviera hecho de plomo.

Olía extraño. Cómo a alcohol para heridas y cloro, olía a limpieza. Tanto que su aturdido olfato no era capaz de sentir ni el aroma de una bestia.

Cuando abrió sus ojos, todo era blanco y molesto para su vista.

Su cuello dolía y no podía girar la cabeza como para evitar la luz en su cara.

¿Qué día era? ¿Qué hora era? Cuando sus ojos lograron acostumbrarse al incómodo blanco del lugar, dió cuenta que estaba en el hospital. Sentía algo un poco molesto bajo su nariz, unos tubos que le proporcionaban el oxígeno con mayor facilidad. Su cuello tenía un poco de calor por la venda que le cubría y no lleva puesto nada más que una camiseta azul como paciente.

Se sentía un poco extraño y recordó con perfección lo que había sucedido.

Dennis rompiendo la piel en su cuello, cortando la carne de sus músculos. Y luego, solo quería matarlo.

Una enfermera entra en el cuarto, le observa por unos segundos y luego vuelve a salir a toda velocidad.

Luego de unos minutos, volvió, esta vez con compañía.

Con su bata y el traje clínico, sus ojos negros y la sonrisa maliciosa que nunca sería capaz de olvidar, Jamil, el primo de Ephraim entraba en la habitación.

- al fin despiertas, bello durmiente. -suelta una risita mientras sacaba una pequeña linterna de su bolsillo y sin aviso previo alumbraba a mis ojos.

La irritante luz molestó sus ojos de inmediato pero supo que lo hacía por un bien.

- Te inducimos al coma por un par de semanas, ¿Cómo te sientes?

¿Dos semanas? Dos semanas desde que sucedió el accidente...

- Creo que bien... -respondía.

- ¿Mareado? ¿Dolor de cabeza? -sigue preguntando.

- No. Solo cansado... -responde.

- Genial entonces. -dio un aplauso y se sento en la cama erca de sus piernas, luego de entregarle algunas cosas a la enfermera y darle unas indicaciones para que se retirase.- ¿Recuerdas lo que pasó?

Levantó la mirada al techo, ladeó la cabeza intentando hacer memoria.

- Acompañé a Ephraim a los camerinos... Luego lo esperé afuera, Dennis salió de la nada y nos peleamos... Me mordió el cuello y perdí. Creo que eso es todo... -dijo,  sabiendo que podía haber algo que no era capaz de recordar en el momento.

- Entiendo. Luego de perder tanta sangre, tis pulmones dejaron de funcionar por unos minutos... Así, que... Si sientes algo extraño, lo que sea, debes decirme. -explicaba, guardando la linterna en su bolsillo.- Bueno, tengo otro paciente que ver ahora. -golpeó la espalda del lobo.- si quieres te puedo dar algo para leer.

- creo que me haría bien. -susurró.

- Toma, creo que te servirá en algún momento. -haciendo entrega de un enano libro de tapa dura color azul, se retiró por la misma puerta.