―Me aburro.
Le lanzo una rápida mirada de soslayo a Kyle. Su frente descansa contra la mesa y sus brazos cuelgan a sus costados.
Nada más salir del instituto, vine hasta la biblioteca junto a Lindsay. Y hasta el momento, no hemos dejado los libros ni un segundo.
Siento que mi cabeza va a explotar.
―¿Quieres descansar?
Mis ojos se desplazan de Kyle hasta mi compañera.
―No tranquila, estoy bien ―miento, llevándome la mano a la nuca.
Ella cierra la libreta en la que estaba escribiendo y me sonríe.
―Con lo que te has esforzado estos días estoy segura de que mañana lo bordarás en el examen.
Paso la lengua por mis labios y apoyo mi mejilla sobre la palma de mi mano.
―No sé yo.
―Venga no seas negativa. ―Me da una palmadita en la espalda―. He estudiado contigo todos estos días, y te doy mi palabra de que así será.
Kyle separa la frente de la mesa y apoya la barbilla en su lugar.
―Estoy de acuerdo con ella ―comenta, mirándome con desgana―. No deberías darle tantas vueltas.
Suelto un largo suspiro.
Lindsay se pone en pie de golpe, sobresaltándome, y se inclina hacia mi sonriente.
―Sé de una cafetería donde hacen unos batidos exquisitos.
―Shhh.
Ambas nos volteamos, observando como la bibliotecaria nos mira con severidad para que guardemos silencio.
Una pequeña risita se escapa de los labios de la chica.
―Venga, vámonos antes de que nos echen.
Ladeo la cabeza, y luego ojeo mis apuntes.
Mamá ha estado insistiendo estos días sobre cuando me daban la nota del examen, y le mentí diciéndole que aún el señor Blair no los había podido corregir. Además, si apruebo la recuperación ella no tiene por qué enterarse de que había suspendido. Es por eso por lo que debo esforzarme todo lo que pueda, e irme ahora a tomar un batido es perder un valioso tiempo de estudio.
―No, prefiero...
―Insisto. ―Me interrumpe―. Debes despejarte un poco. Pasarse todo el tiempo con la nariz metida entre los libros tampoco es bueno.
Una cosa me queda clara, ella y mi madre no comparten la misma opinión. Según mamá, en tiempo de exámenes no puedes pensar en otras cosas, porque te distraerán de tu objetivo principal.
Sin previo aviso, Lindsay comienza a guardar mis apuntes. Abalanzo una de mis manos sobre las hojas que aún permanecen sobre la mesa, y ella en respuesta rueda los ojos, exasperada.
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¿Qué le ha pasado a mi gato?
Fantasía¿Qué harías si tu gato resultase ser un guapo chico que ha aparecido para cumplir tu mayor deseo? Eso es lo que le pasará a Elizabeth Wilson, la cual tendrá que aprender a convivir con un molesto chico que solo le causa problemas y terribles dolores...