Respiro agitada, mientras corro los últimos metros que me quedan de mi prueba de resistencia. El profesor James toca el silbato cuando cruzo la línea de meta y apunta mi tiempo en su libreta.
Me llevo las manos a las rodillas encorvándome un poco hacia delante. Siento como los latidos de mi corazón resuenan dentro de mi cabeza, y como mi boca pide hidratación a gritos.
―Por favor, no se paren y sigan caminado hasta que se bajen sus pulsaciones ―informa el profesor mientras apunta el tiempo de uno de mis compañeros.
Dirijo mi mirada hacia las gradas, observando como Kyle hace gestos de ánimo desde allí.
―Odio la prueba de resistencia ―mascullo con la respiración entrecortada.
―¿Y quién no?
Me giro encontrándome con Lindsay. Por un momento, pensé que estaba molesta conmigo por haberla dejado plantada en la cafetería.
―Siento mucho lo de ayer. ―Entrecierro los ojos y ladeo la cabeza―. Vero me contó lo que sucedió. No debí dejarte sola, y más sabiendo que ellas estaban allí. ―Lanza una mirada déspota a Karen y Amara, que están unos metros más allá recuperando el aliento.
―M-Más bien...
―¿Sabes qué? ―Me interrumpe―. Cuando apruebes el examen te invito a un batido para celebrarlo.
―Pero aún no sé si voy a aprobar.
Se cruza de brazos e infla una de sus mejillas.
―Claro que aprobarás, te lo sabes todo.
El timbre que indica el final de la clase se escucha por todo el pabellón.
Un nudo se forma en mi garganta, y siento como mis entrañas se revuelven en mi interior. El examen es ahora, y no puedo evitar temblar como un flan.
―Elizabeth, hoy le toca recoger el material.
Abro los ojos de manera desorbitada. Tiene que estar de broma, tengo que llegar pronto a clase y encima tengo que cambiarme antes de ir.
Lindsay me mira y me brinda una pequeña sonrisa.
―¿Profesor puedo encargarme yo? ―pregunta haciendo que suelte un gran suspiro de alivio.
―Ya hablamos de ese tema a principio de curso. A final de cada clase le tocará recoger el material a un alumno diferente, y decidimos que lo haríamos por orden de lista.
Trago saliva y muevo mis manos tras mi espalda. Mi mala suerte vuelve a hacer acto de presencia.
―Pero Elizabeth tiene un examen ahora...
―Eso nunca ha sido un impedimento para ninguno de sus compañeros ―Me dirige la mirada―. Además, si empieza ahora no tendrá problemas.
Maldigo al señor James y su estúpida lista para recoger el material. En serio tiene que tocarme hacer esto precisamente hoy.
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¿Qué le ha pasado a mi gato?
Fantasy¿Qué harías si tu gato resultase ser un guapo chico que ha aparecido para cumplir tu mayor deseo? Eso es lo que le pasará a Elizabeth Wilson, la cual tendrá que aprender a convivir con un molesto chico que solo le causa problemas y terribles dolores...