Capítulo 26

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La semana transcurrió con lentitud, en parte lo agradezco porque no quiero que llegue el día de la representación, aunque por otro lado, no faltan los momentos en que deseo poder controlar el tiempo, y avanzar para no tener que ver a Kyle y Karen ...

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La semana transcurrió con lentitud, en parte lo agradezco porque no quiero que llegue el día de la representación, aunque por otro lado, no faltan los momentos en que deseo poder controlar el tiempo, y avanzar para no tener que ver a Kyle y Karen tan "unidos".

Me enerva la sangre solo de recordarlo.

No había tardado mucho en confiar en él, cosa que es muy beneficiosa para nuestro plan. Sin embargo, ahora no lo deja solo ni un minuto, e incluso despachó a Amara de su sitio para que Kyle pudiera sentarse a su lado. Lo que había provocado que ella fuera mi compañera de pupitre, y también tuviera que soportar sus incesantes quejas e insultos hacia mí; en algunos momentos se me pasaba la idea de coger mi estuche, y metérselo en la boca para no escuchar su insufrible voz.

Pero seamos sinceros, nunca me atrevería a hacer algo como eso.

―No pienso utilizar ese disfraz ―. La voz de Henry me devuelve a la realidad.

Me volteo, encontrándome con que ambos hermanos entran a la habitación.

―Hermanito no seas así ―pide Lindsay, haciendo un puchero―. Encima que me molesté en buscaros una ropa para mañana.

―Ya te he dicho que no ―repite molesto―. Y sal de mi cuarto, que queremos practicar.

Ignorándolo lo empuja y lo aparta hacia un lado; con los ojos puestos en mi presencia se acerca con unos trajes en sus brazos.

―Lleváis toda la tarde practicando ―alega antes de dejar las prendas sobre la cama de su hermano―, y me gustaría ver cómo le queda el traje de Julieta a Elizabeth. Además, Wendy ya se ha ido y no tengo nada que hacer.

Henry rueda los ojos y suelta un suspiro exasperado.

―Que ella ya no esté aquí, no quiere decir que no puedas seguir practicando tu diálogo.

La aludida gira sobre sus talones y cruza sus brazos.

―Ya me lo sé ―confiesa, segura de sí misma―. Además, tenemos que despejar nuestras neuronas para centrarnos en otro tema.

Ladeo la cabeza y alzo una ceja.

―Vaya par de lentos que sois ―asegura―. Como por lo visto estabais tan entretenidos con el asunto de la obra en la cafetería, y no me prestasteis atención, lo volveré a repetir. Conseguí pillar a Kyle a solas por un momento mientras Karen iba al baño, y le pedí que viniera después de que terminara de ensayar con ella en la tarde.

«Un momento... ¿Kyle va a venir?»

Escondo mis manos en las mangas de mi suéter y bajo la mirada. Después de lo de la otra noche, ha estado muy distante conmigo y apenas hemos cruzado palabra.

Al principio intenté hablar con él, pero cada vez que me acercaba, acababa escabulléndose, o volvía a su apariencia felina para acurrucarse en algún rincón y dormir. Realmente me sentía muy confusa y dolida al verle reaccionar de aquella manera; quiero saber qué es lo que le pasa, pero Kyle no parece estar muy por la labor.

¿Qué le ha pasado a mi gato?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora