Parte 3. Un enojo algo infantil

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-¿te sucede algo?-escucho como me habla Elliz quien esta recostada en nuestra cama mientras yo salgo del baño de una refrescante ducha.

-No.-le contesto con simplicidad mientras me acerco a buscar una ropa adecuada para el día de hoy-¿porque lo dices?-cuestiono dándole la espalda.

-no... Por nada-escucho como susurra mientras hace una pausa.-Alma y Amber vienen hoy a la casa a cenar ¿cierto?

-sí, así me ha comentado David.- digo, y solo escuchar el nombre de esa pequeña niña algo se estremece dentro de mi

-debería decidirse por alguna de ellas dos, sé que le que le gusta Alma, lo trae loco-escucho una risa de sus labios yo sigo sin voltearme a verla mientras me dirijo al baño- pero no noto el mismo interés de ella hacía él.-susurra. Salgo y la noto pensativa- ¿será que tiene novio?-pregunta y esa última frase me desagrada.

¡El único novio de Alma soy yo!

Es lo que pasa por mi mente y no dejo de pensar que estoy siendo jodidamente egoísta.

-quizás... no lo sé-atino a decir mientras salgo de la habitación directo a la sala de estar en espera de la pequeña niña que debe estar por llegar en mi casa. Me pongo a pensar detenidamente que ya tengo 7 meses al lado de esa chiquilla que cada día me vuelve loco un poco más si es preciso, tenerla cerca genera en mi algo que ni yo mismo logró explicar en ocasiones ni momentos. Recuerdo entonces en ese momento que casi no asistía hoy debido a que tenía planes, planes que yo insistí que dejara a un lado para poder verla hoy con tranquilidad, pero para llegar a esa paz tuvimos una discusión.

-he dicho que no, Alma- le digo con enojo mientras frunzo el ceño. La sola idea de que saliera sola con ese tipo de amigos suyos no me agradaba en lo más mínimo.

-es que no te estoy pidiendo permiso, Mathias.- dice levemente y noto como está un poco confundida por la actitud que tengo en estos instantes; hasta yo me siento confundido.- te estoy avisando que no podré ir a tu casa este fin de semana porque saldré, eso es todo.

-no lo acepto- respondo mientras la miro fijamente- esas salidas no traen nada agradable, eres menor de edad y no puedes salir sola por la calle, ni siquiera con David.

En estos momentos me siento un niño enojado y encaprichado en algo que tiene lógica, ella tiene el derecho a salir pero la sola idea de que ande con esos jóvenes no me agrada en lo absoluto.

-¿David?-dice- David solo sabe cuidarme y respetarme- su voz sale de una manera baja y sé que se siente intimidada en estos momentos haciéndome sentir de una manera inexplicable, no me gusta verla así.- he cambiado con él, incluso eh cambiado en mi escuela con mis compañeros por ti, Mathias.- su voz se quiebra y siento que va a llorar- mi mundo no puede estar girando en torno a ti todo el tiempo.

-pero el mío lo hace contigo todo el tiempo, Alma- le confieso tomando su delicado rostro entre mis manos y era verdad desde que ella había aceptado estar a mi lado mi mundo se reducía en muchas cosas y una de las más importantes es ella.-¿entiendes que te has convertido poco a poco en todo lo que deseo en la vida?- susurro mirándola fijamente, deseando lo mismo que ella me mirara fijamente notando que todo lo que le digo es verdad y así fue esos ojos brillantes cafés me miraban llenos de ilusión haciéndome derretir en un jodido segundo.- solo quiero cuidarte y que estés conmigo en cada oportunidad que tengamos ¿entiendes?- le digo mientras acaricio su mejilla con mi pulgar suavemente y acercándome a su rostro logrando así poder rozar esos labios apetitosos que tengo frente a mi.- no vallas, por favor quédate conmigo- le pido como último recurso besándola.

Me quede atrapado en ese recuerdo al grado de no percatarme que ya ella había llegado, es sábado por la noche fin de semana y ella estará conmigo. Me acerco hasta donde se encuentra con Elliz preparando la cena, la saludo y ella me regresa el saludo con una sonrisa trato de aparentar en lo más que puedo lo bien que me hace sentir tenerla cerca de mí. El verla con Elliz es algo incómodo pues sé que ella no se siente a gusto con eso más hace su mayor intento y quisiera en este momento hacer algo para hacerla sentir mejor.

Menor Que YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora