La situación se tornaba un tanto turbia desde que David fue al departamento de Alma, ese día al llegar a la casa todo fue un caos, una lucha entre Elliz, David y yo los reclamos de parte de ella más el estado de decaimiento de David hicieron salir un tanto mi lado irritante. Nunca me ha gustado la presión o reclamos, de hecho jamás me ha gustado que Elliz se crea dueña de mi vida.
En realidad, nunca me ha gustado que alguien sienta poder sobre mí.
Bufe mientras observaba el amplio vitral de mi oficina mientras los recuerdos invaden mi mente
-¿Dónde estabas?-escucho como Elliz fórmula por décima vez la pregunta mientras me encamino hacia la habitación, escucho como sus pasos siguen los míos, pienso del uno al diez para no perder la paciencia.
Cuando he llegado no observe a David por ningún lado supuse entonces, que estaría en su habitación.
-¡Te estoy hablando, Mathias!-su tono de voz es alto, siento que la paz que había adquirido al estar con Alma se había ido al carajo al llegar a mi casa. Me retiro los zapatos sin siquiera articular palabra alguna.- eres un mal educado...-dice-¡respóndeme! ¡Exijo que me digas donde haz estado!
Hastiado ya por su tono de voz opto por encararla.
-Deja tu dramatización para oro momento Elliz- sentencio con voz firme dándole a entender mi estado de cansancio, sus ojos demuestran ira pero no me importa.
-eres un desconsiderado, no tienes modales, careces de tantas cosas que...-hace una pausa mientras dejo que una risa escape de mis labios
-cariño ¿yo carezco de cosas? ¿En serio?- mi voz es un tanto fingida y carente de emoción- Elliz por favor, no me hagas darte una clase de consideración y modales.- hace silencio mientras salgo de la habitación directamente a ver a David. Toda la paz y tranquilidad que sentí al estar con Alma se estaba esfumando ante el acto de una posible discusión con Elliz, lo único que puede generarme paz en estos momentos es mi hijo, David.
Pero al entrar verlo en su cama echado con su vista fija y perdida en la nada el sentimiento de paz no me abordo en ningún momento. Se perfectamente porque mi hijo está en ese estado, todo radica en ella... en Alma.
-hijo...-le llamo mientras noto como él se incorpora en su cama para observarme fijamente. Su mirada decaída me hace sentir culpable.
Joder...
-¿paso algo, papá?- su voz es suave sé que quizás trata de desviar el tema.
-eso te pregunto a ti.... ¿qué pasa?- le hago la pregunta cuando de ante mano se la respuesta que me dará.
-es... Alma.-murmulla con pesar y voz cansada.- creo que he pasado los límites... y temo que me guarde rencor por ello-concluye por decir mientras desvía su mirada.
No digo nada esperando que continúe por mi mente pasan las imágenes de esta mañana.
-tengo miedo, papá-susurra con tristeza lo cual concuerda con su expresión.
-¿Por qué sientes miedo?- tomo asiento a su lado, no me gusta ver a mi hijo en ese estado
- creo que me estoy obsesionando con Alma-me dice me modo de confesión, la sorpresa se adueña de mi ser ante sus palabras - solo se pensar en ella, imaginarla, soñarla...desearla...-susurra con sus mejillas enrojecidas- son tantas cosas hacia a ella que me aterra el sentimiento-hace una pausa quizás tratando de buscar palabras adecuadas- el hecho de que me rechace tantas veces me encoleriza...me molesta porque creo que soy el indicado para ella
ESTÁS LEYENDO
Menor Que Yo
Teen FictionAclaratoria: Primera perspectiva "Mayor que Yo". Muchas veces realizamos nuestras vidas con la persona que creemos es la "correcta" para nosotros, nos sentimos bien con ella o él así que decidimos forjar un futuro, de allí en adelante surge la mono...