Parte 31 Desespero

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HOLA, HOLA! Espero se encuentren muy bien, disculpen por no actualizar en un buen tiempo pero han sucedido tantas cosas que por una u otra razón no había podido volver a escribir. Pero acá estoy de vuelta, para continuar con esta historia que muchos leen y sus comentarios me motivan mucho mas a seguir escribiendo. 

Acá les dejo el siguiente capitulo dedicado a todos mis lectores. ABRAZOS.

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Cuando hemos llegado al hospital todos atienden a Alma inmediatamente, pasan unas horas, no sé exactamente cuánto tiempo hasta que la doctora nos deja pasar a la habitación donde ella esta hospedada.

Cuando entro, la visibilidad de verla me destruye.

Alma se encuentra con un respirador, su cabeza vendada, una vía conectada de cada brazo una con infusión y la otra brindándole nutrientes debido a su desnutrición, siento ganas de llorar, gritar salir y matar a esos hijos de puta.

Mi garganta esta quemándome.

La voz de la doctora me llega a los oídos pero apenas y es entendible.

-tiene una contusión en las costillas, Señor Santeliz. Sus piernas están magulladas y maltratadas sin daño profundo aparente. También detectamos una fractura en el cráneo, justo bajo el nacimiento de su cabello. Seguramente por el impacto del choque. Además, tiene signos de deshidratación... ha pasado por mucho- la he escuchado atentamente, aprieto mis puños con fuerza mientras trago grueso

-¿es... es grave? - murmuro con angustia notoria

-¿estará bien mi hija, doctora? - Amanda llora, esta angustiada por la salud de su hija

-sus signos vitales son estables. Es una chica muy fuerte. - dice la doctora tratando de animarnos, pero es algo imposible

-gracias a Dios...- es Amanda quien responde mientras yo solo observo a Alma respirar pausadamente.

-¿Por qué no despierta? ¿Por qué sigue inconsciente entonces? - pregunto con impaciencia no soporto verla en ese estado

-Alma ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza. Pero cabe destacar que su actividad cerebral es normal y no hay inflamación, eso es un punto a favor. Ella despertara cuando esté preparada para ello. Solo dele un poco de tiempo.

-¿de cuánto tiempo habla?- suena nerviosa.

-no lo sé, Señora Lameda... no lo sé. Todo depende de Alma.

Abro la ducha para calentar un poco mi cuerpo, alistarme e irme a ver a Alma. Son las dos de la mañana hace menos de una hora que llegue de un maldito viaje de negocios que me demoro un día completo, día en el que estuve alejado de ella sin poder ir a verla pero es lo que menos me importa en este instante, Elliz duerme y yo cuando me he duchado me coloco una vestimenta y salgo de forma inmediata al hospital.

El siente mi presencia así que gira su cabeza para verme.

-¿ hace cuanto estas aquí?.- mi hijo encoje sus hombros restándole importancia, se le ve agotado. Se que lo esta, seguramente lleva todo el día aquí.- deberías ir a la casa....- soy interrumpido por sus palabras

-No la voy a dejar sola, papá- afirma con seguridad y lo entiendo, tampoco quiero dejarla sola un momento.

Maldita frustración la que siento en estos momentos

-necesitas descansar, David. - insisto al ver sus ojos enrojecidos y leves ojeras en ellos, sé que no la está pasando bien.

-No, papa. Quiero estar aquí para cuando despierte. -dice

Menor Que YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora