Parte 22 Sentir y Pensar

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Me encuentro en el departamento de mi pequeña niña, hace rato que salí de mi oficina y vine a compartir con ella pero no se le ve muy comunicativa, la ojeo un rato esta despistada, ida, su mirada está perdida. Después de lo sucedido ese día con mi hijo yo le veía un poco más tranquilo, sereno además de calmado, no quería saber a ciencia cierta lo que habría sucedido mientras no estuve, de hecho... joda... ¿a quién engaño? Quiero saberlo todo, de que habían hablado, que se habían dicho.... Todo., absolutamente todo.

-pequeña... ¿en qué piensas?- atrevo a preguntarle, capto su atención pues ella fija sus ojos sobre los míos. Me ha mirado, sus ojos están brillantes y dudosos

-en nada - dice- estaba distraída- se excusa tratando de restarle importancia.

-en nada se dice cuando se piensa en todo. ¿Aun pensando en lo que dijo tu madre?- le comunico, ella asiente pero sé que quizás hay muchas cosas detrás de sus palabras- mi amor, tranquila todo estará bien sabremos como sobrellevar todo.- trato de calmarla pero la siento intranquila, dudosa, inquieta.

-es que...-titubea, le veo cohibida al querer hablarme-tengo miedo Mathias. Todo esto es difícil para mí-susurra mientras dirige su mirada hacia otra dirección, eso me incomoda. Me gusta que me vea directamente.

La jalo hacia mí, pero no me observa.

-mírame- exijo, tímidamente alza su vita enfocándola hacia la mía.- para mí también es difícil, Alma. Cada día que pasa es un obstáculo que debemos pasar la llegada de tu mama te ha desequilibrado y claro a mi igual. No tenemos la misma libertad de antes.- le digo, puesto que desde la llegada de su madre todo había dado un giro distinto entre los dos.

-nunca la hemos tenido...-susurra, siento como su voz se ha quebrado, sus ojos se ven tristeza y siento que algo se quiebra en mí, sé que tiene razón.

Me acero a ella lentamente mientras su vista se fija en la mía. Me gusta tanto, siento tanto por ella, en mi mente surge la idea de que la estoy haciendo infeliz, que su alegría e va cada vez que estoy cerca de ella... siento que le quito la poca paz que le brindo.

¿Por qué?

-con David podrías tener esa libertad.- confieso mientras mi mandíbula se aprieta al decir esa frase, la sola idea de recordarla abrazada con David me carcome.

-pero yo no estoy enamorada de David...

-...-

No tengo nada que decirle

-ese día, mientras disfrutabas yo me hundía en mis sentimientos negativos él estuvo conmigo- susurra- y me dijo que...que cuando uno ama brinda paz y estabilidad emocional- me mira quebrándome con esos ojos que amenazan con llorar- contigo la siento de a momentos, Mathias. Eres un huracán en mi vida, llegas y arrastras todo contigo en el paso-confiesa.- creo que...- quiere continuar pero no puedo permitirlo así que la beso, la beso con vehemencia, deseo calmar sus inquietudes, inseguridades y dudas.

Tiro de ella hacia juntando nuestros cuerpos, trata de oponerse pero cede, cede ante esto y me gusta... me gusta que ceda ante mí, ante mis besos, ante mi necesidad de ella...

Me levanto del sofá con sus piernas enrolladas en mi cintura, siento como mi parte intima palpita de deseo por ella, está sujeta a mí con fuerza con temor quizás de que la deje caer peo eso nunca sucederá mientras este a mi lado, jamás la dejare caer. Por cada beso un quejido moría en mi garganta, sus labios son adictivos para mí, entramos en su habitación, sabía que contaba con poco tiempo cierro la puerta tras de mi para disponerme a acariciar su pequeño cuerpo con mis manos hasta que quede encima de ella sobre la cama, su mirada estaba fijas obre mi mientras me quito la prenda superior, ella se apoya sobre sus codos mientras su largo cabello cae sobre la cama.

Menor Que YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora