La cercanía entre Alma y yo me estaba atormentando, tanto que tan solo con sentir su respiración la necesidad de besarla me invade. ¿Cómo puedo sentirme así por ella? ¿Qué efecto hacía ella en mí? ¿qué tiene Alma que me cautiva en todos los sentidos? ¿Podría vivir sin ella?
No...
No puedo ni quiero...
-perdóname...-le confieso sintiendo miedo a perderla, a no verla más, me siento culpable... culpable por como la he hecho sentir. Mis ojos arden y trato de respirar hondo. Ella asiente levemente dándome a entender que aceptaba mis disculpas, que no se alejaría de mi lado. De cierto modo, eso me hace sentir relajado, aliviado y tranquilo. Pero por otro lado, siento miedo de que en cualquier momento la decisión se apodere de ella quiera alejare de mí y termine por hacerlo.
¿Qué me estás haciendo Alma Villamizar?
Me pregunto mentalmente, en otra ocasión optaría por alejarme de ella no merece estar al lado de un hombre comprometido como yo en varios aspectos, ella merece ser libre.... pero quiero que sea libre conmigo, solo conmigo y nadie más.
¿Estoy enamorado?
Sí.
¿La necesito?
Sí.
¿Puedo estar sin ella?
No.
¿La amo?
Si... joder, a mis 32 años amo a esta muchacha de 17 años.
Miro sus labios, sus perfectos y rojizos labios. El deseo de besarla se adueña de mi instinto.
-quiero besarte, Alma.- le digo en modo de anucnio y permiso para querer hacerlo. Paseo mi mirada de sus labios a sus orbes varias veces.
-hazlo...-me dice- bésame, Mathias- me otorga el acceso que deseo. Junto mis labios con los suyos, la beso despacio, suave, con delicadeza intentando transmitirle lo mucho que me encanta besarla, lo mucho que disfruto al besarla para después besarla con vehemencia, con demanda y necesidad. Una necesidad que con solo besarla me satisface mis deseos, nuestros deseos. Un deseo que no ha traspasado las normas, límites o situaciones tentadoras en la que he pasado con ella y por ella.
Por mi pequeña Alma.
Sus labios se mueven sobre los míos al compás de mi ritmo, al mismo compas y eso me encanta... me encanta que se amolde a mí, a mis besos, a mis brazos, a mi forma de besarla, de sentirla... alma me ha enseñado en poco tiempo tantas cosas, cosas que jamás había sentido en mi puta vida por nadie; ni siquiera por Elliz. Alama me hace sentir vivo en un minuto aunque al otro segundo estemos en un infierno, sentirme arder en ese infierno es una fascinación para mí. Ella enreda sus dedos en mi cabello, acción que me gusta mucho. Me gusta sentir como acaricia y tira suave de él haciendo que la demanda del beso aumente en cada segundo, cada instante y cada minuto. Mis manos bajan a su cintura, apretándola y estrujándola contra mi cuerpo sintiendo el contacto cercano que eso ejercía.
Joder...
La deseo demasiado.
¿Esto es amar? Si esto es amar, me encanta estar enamorado y amarla a ella. Solo a ella. Quiero seguir sintiendo esto quiero seguir sintiendo este abismo e emociones que ella causa en mí, estas sensaciones que he aprendido a conocer con ella, a su lado y junto a ella. Solo contigo, Alma.
-Alma.-susurro su nombre cuando me he separado unos centímetros, ella me mira algo desconcertada. Estamos en la misma posición, ms manos sobre su cintura y sus manos en mi cabello, bajándolas hasta mi cuello. Me encanta estar así con ella.
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Menor Que Yo
JugendliteraturAclaratoria: Primera perspectiva "Mayor que Yo". Muchas veces realizamos nuestras vidas con la persona que creemos es la "correcta" para nosotros, nos sentimos bien con ella o él así que decidimos forjar un futuro, de allí en adelante surge la mono...