Fin de semana, día Viernes, día largo dentro de mi horario de trabajo. Me encuentro frente a mi computadora portátil ojeando unos documentos importantes mientras a mi derecha tengo una taza de café caliente a la cual le doy sorbos breves y cortos cada 10 segundos. Analizo cada palabra redactada dentro de la página que estoy observando detallando que no exista ningún margen de error puesto que es algo que debo enviar dentro de unas horas a unos proveedores.
Escucho como tocan la puerta de mi oficina.
-pase-digo mientras continuo en mi labor.
-Señor Santeliz.- me llama mi secretaria yo la observo por encima tratando de captar mi atención en ella.- la Señora Elliz acaba de llamar para saber si se van a reunir hoy con sus padres- comunica.
Me detengo un rato y miro a mi secretaria. Había olvidado por completo esa reunión. No me agrada la idea en absoluto, los padres de Elliz son personas intensas y tan opuestas... Su madre es egocéntrica, maniática, intensa, compulsiva y muy manipuladora en todo lo que puede hacer con Elliz. Su padre es un alma de Dios que trata de cumplir con todos los antojos de su esposa y al ver en ocasiones que no puede debe aguantar los gritos e insultos de ella.
-dile que esta bien... que dispongo de 30 minutos.- le contesto tratando de no demostrar el amargo humor que me esta generando esto. Mi secretaria se queda detenida mirándome- ¿sucede algo?.
Ella no sabe si hablar, se le ve nerviosa.
-La señora Elliz dijo que ya venía para acá...-susurra.
Trato de respirar profundo. Esto era lo que me faltaba...
-tranquila...puedes marcharte.-le comunico mientras me centro nuevamente en mi labor. Trato en lo menos posible pensar en el día que tendré hoy gracias a lo que me viene cima con los padres de Elliz. Pasan exactamente 30 minutos cuando mi asistente entra nuevamente para comunicarme que Elliz había llego con sus padres, respiro profundo y salgo hacia su encuentro.
-¡Mathias!-exclama su madre con afecto fingido- Cariño mio ¿como estas?- dice mientras me abraza.
-bien...¿y tu? Nadia.-le saludo cortesmente mientras observo a su padre.
-Mathias-saluda con educación estrechándome la mano.
-Rafael...-le saludo igual.
-Hola, amor-me susurra Elliz mientras da un beso en la comisura de mis labios.
-hola.-le digo sin tratar de ser cortante y ella lo nota pero lo ignora.
-¿entonces?...-habla Nadia- Salgamos a pasear, comer y disfrutar del maravilloso día que nos espera.-sentencia con seguridad.
-tengo cosas que hacer.-anuncio sin siquiera una pizca de interés por lo que ella acaba de mencionarme- tengo mucho trabajo.-comunico mirándolos a los res en general- andar de shoping no es algo que haga con frecuencia en mis días de trabajo.-digo cortesmente sin tratar de ofender a nadie.
-Mathias.-me susurra Elliz frunciendo su ceño- eres mi esposo y debes ir conmigo- sentencia en demanda mientras yo la miro fijamente.
-¿disculpa? Pues, tu esposo debe trabajar para poder mantener el hogar-digo en tono sarcástico. Los problemas entre Elliz y yo son a veces intensos e inmaduros de su parte.
-solo sera un rato, nada más. Por favor..-me pide. Respiro profundo y acepto la invitación. Salimos de mi oficina, subimos Elliz y yo a mi coche y sus padres en el suyo. Vamos hacia un centro comercial mientras Elliz y su Madre se disponen a realizar compras.
Van de un lado hacia otro y de un local a otro. Comprando cosas que quizas no hagan falta a los hogares o en su armario pero ellas piensan que es necesario.
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Menor Que Yo
JugendliteraturAclaratoria: Primera perspectiva "Mayor que Yo". Muchas veces realizamos nuestras vidas con la persona que creemos es la "correcta" para nosotros, nos sentimos bien con ella o él así que decidimos forjar un futuro, de allí en adelante surge la mono...