Parte 36 Quebraduras

77 11 1
                                    

La rutina vuelve a apoderarse de mi vida, lo cual me era medio cotidiano... lo único a lo que no estaba adaptado aun era a estar con Alma cada que podía pasar el poco tiempo que me restaba hacia lo posible por dedicárselo a ella, estar a su lado me hacia aliviar el estrés, la tensión y situaciones del momento por el contrario de Elliz estaba mas aferrada a mi de lo habitual lo cual era un tanto extraño para mi.

-¿A dónde vas?- me pregunta Elliz mientras ve que me dispongo a salir de la habitación.

-voy a salir un rato-anuncio sin mas pero soy detenido por sus palabras.

-imagino a dar vueltas en el parque como siempre... ¿o me equivoco?- noto sarcasmo en su voz.- disculpa, tal vez estoy equivocada, quizás sea a estacionar tu auto en el parque para luego perderte por algún apartamento...-dice- quizás uno de alguna otra mujer-suelta sin mas con desden. La miro.

-¿me espías?- sentencio en tono amenazante, ella suelta una pequeña carcajada entre traviesa e irónica.- no que va, no me gusta jugar a los detectives Mathias- enfatiza mi nombre- pero no soy estúpida, ni tonta... tampoco naci ayer...-dice- peor anda ve tranquilo...

Salgo de la habitación pero opto por no ir a visitar a Alma, si Elliz esta sospechando de algo lo mejor es mantenerla al margen de todo, el caos que puede armarse es grande... además, no se lo que podrían opoinar la mama de AAlma y mi hijo, aunque...

Joder.

Yo merezco sentirme bien conmigo mismo, además de que últimamente Alma esta siendo centro de atracción de cualquier chico, no puedo si quiera descuidarla dos minutos porque ya tiene cerca a alguien y aunque ella poner márgenes de distancia mi hijo quien es uno de esos chicos encaprichados de ella no acepta la realidad.

La realidad de que ella es mía.

Simplemente no podemos evitar discutir por ese tema, estoy... ¿obsesionado?..

No...

No quiero llegara ese extremo...

Trato de despistar mi mente en un bar tomando unos tragos para luego ir y dormir un rato.

-{-

Estamos en mi casa, David a invitado a Alma a compartir un rato con nosotros en la cena lo cual he aceptado pero con recelo se las intenciones que tiene mi hijo para con ella, lo cual me tiene un tanto incomodo.

-Alma...-la llama Elliz- ¿puedes venir a ayudarme?- pide, alzo una ceja, es un tanto extraño que Elliz pida ayuda.

-si...ya voy- anuncia ella mientras sale hasta la cocina para ayudar a Elliz.

Cuando hemos quedado mi hijo y yo solos, David me mira firmemente.

-¿podemos hablar, papa?- me pide amablemente lo cual acepto.- en mi habitación, no quiero que Alma nos escuche.- esto ultimo me extraña, simplenete asiento y lo sigo- quiero confesarte algo- dice.- yo...-titubea- quiero pedirle a Alma que sea mi novia.- anuncia abiertamente con algo de timidez y seguridad al mismo tiempo.

Mi mente trata de procesar las palabras Alma y novia al mismo tiempo. No se que decirle, que comentar.

-¿estas seguro de esto?.- que patético, es lo único que salió de mi boca. Me siento patético, mi hijo me mira extrañado- ella, no parece tener ese tipo de interés sobre ti hijo, tal vez ella solo te ve como su amigo y nada más.

-lo se, lo se- se apresura en hablar- pero tal vez ese sea el comienzo, iniciar como amigos y ver si en el trayecto ella puede sentir algo más por mi... quizás ella se enamore de mí.

-David...-intento detenerlo

-estoy decidido, tratare de robarle un beso, tratare de acercarme mas... tratare lo que sea por seguir junto a ella, papa- su firmeza y determinación me hacen sentir destrozado, que maldita realidad es esta y porque cojones debo estar pasando por esta situación.

Menor Que YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora