Parte 4 Sentimiento inexplicable.

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Abro mis ojos de forma pausada cuando la claridad llega a mí, hoy es lunes y desde hace dos días no sé nada sobre Alma me ha ignorado olímpicamente. Me levanto de la cama dirigiéndome directamente al baño lavo mis dientes y me doy una ducha con agua fría como todas las mañanas, una rutina muy acoplada a mí. Salgo dela ducha y voy al vestidor, elijo el atuendo acorde al día un traje gris oscuro, camisa blanca, zapatos a juego y el reloj rolex original que siempre uso color plata.

Me dirijo hacia la cocina donde veo a David desayunando y Elliz está a su lado

-buenos días, cariño

-buenos días, papá

-buenos días- les respondo de forma cálida mientras me sirvo una taza de café mientras me quedo observándolos. Elliz me observa.

-¿solo eso vas a tomar?-dice en modo de duda mientras su barbilla reposa en su mano izquierda.- ¿quieres que te sirva algo?

-no, estoy bien así. Amor.- le digo pero sé que no está muy convencida. Usualmente mi apetito es normal pero hoy no lo tengo de ese modo gracias a cierta persona que ignora mis mensajes, no soy hombre que actúa de esa manera que pierde el apetito por simplicidades pero esa niña a puesto mi mundo de cabeza. He intentado comunicarme con ella innumerable veces y no respondía ni a mis mensajes ni llamadas

-¿me llevaras al instituto papá?-la voz de David me saca de mis pensamientos.

-claro hijo. Aún hay tiempo.-le digo. Mientras termino mi café y doy una ojeada a mi celular.

Nada...no me ha enviado ni un solo mensaje

David se levanta toma su mochila, Elliz se acerca mí y me da un beso en la comisura de mis labios.

-que tengas un buen día, cielo.

-gracias, amor.- salgo directo a la cochera donde entro en mi auto y David se monta en el copiloto.

Arranco directamente hacia el instituto pensando en poder ver a Alma e intentar a hablar con ella, no le comunico nada a David puesto que trato de pasar desapercibido con el tema de que ella muy probablemente ira hoy a la casa, mi hijo ha tomado como rutina invitarla los lunes a la casa ella pasa el día con nosotros y luego la llevamos hacia su casa.

Llegamos al instituto David baja despidiéndose de mí, mientras cierra la puerta yo miro hacia varias direcciones tratando de situar a Alma pero no logro ubicarla en ningún lugar de las afueras del instituto, arranco en el auto directo a la empresa sin esperar nada más y resignado a verla durante esa hora.

Pasado unos minutos llego a la empresa, entro por las amplias puertas de vidrio templado que dan hacia el interior de la empresa, paso por el vestíbulo principal mientras escucho los buenos días de parte de los empleados les respondo cortésmente mientras saco mi celular e intento comunicarme con Alma nuevamente el sonido de que cae la llamada está en mi oído pero ella no atiende.

Bufo frustrado.

-Señor Mathias- fijo mi vista sobre Ana, mi secretaria- recuerde su reunión con el Abogado para la iniciación de su próximo negocio, es dentro de 20 minutos.-me anuncia

-está bien, gracias.-le respondo con cortesía mientras me dirijo a mi oficina e intento nuevamente llamar a Alma pero ella continua sin atender. Decido entonces enviarle un texto

Alma, atiende por favor.

Le doy la opción enviar espero unos minutos y no obtengo respuesta, el abogado con el que tengo la reunión está en el portal de mi oficina le hago gesto para que entre mientras lo saludo de manera cortés estrechando nuestras manos, le invito a que tome asiento mientras nos disponemos a entablar la conversación sobre mi nuevo proyecto abrir un Mercado en el que se dispongan variedades selectivas de alimentos a la ciudad, analizamos los términos legales, requerimientos, entre otros temas diversos y de vez en cuando doy una ojeada a mi celular pero nada llega. El Sr Muñoz se marcha de mi oficina y vuelvo a enviarle a esa niña caprichosa.

Menor Que YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora