Capítulo 40

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Salí de WC para lavarme las manos cuando me encontré a la señorita Fedel entrando.

-Alisha ¿no?- me preguntó.

-Sí –contesté amablemente.

-Así que tú eres la chica que ha robado el corazón de mi hijo aunque a veces pienso que no tiene eso que has robado- dijo con asco- Conozco a las chicas como tú, chicas dulces, buenas y que creen que pueden arreglar problemas, pero escúchame querida, tú no puedes arreglar a mi hijo, mi hijo está roto y es irreparable. No lo conseguirás por mucho empeño que pongas, te mereces algo más.

La ira corrió por mis venas arrasando con mi cortesía. Pero ¿quién se creé qué es?

-Disculpa que te informe querida- dije lo último con sorna- No soy ese "tipo de chica" nadie lo es. Las personas no están rotas simplemente a veces están ligeramente dobladas además de que las personas no somos un centro de revalidación. No se puede arreglar a las personas porque no son máquinas. Yo amo a su hijo y siento decirte que no puedo sentir nada más que repugnancia hacia usted, por no ser la madre que Álex que se merece, una madre que quiera a su hijo y que lo apoye en vez de alguien que lo repudia como usted. Es una lástima que no pueda apreciar la maravilla de hijo que usted tiene.

Empecé a andar hacia la salida de los aseos.

-No podrás soportar los demonios que tiene- me gritó.

Ella no sabía nada, sabía que Álex tenía algún demonio que no me había contado, sabía que el día que estuviese preparado me lo contaría y no me importaba yo también tenía mis secretos. Pero confiaba en nuestro amor. Nuestro amor era mucho más fuerte que cualquier demonio.

-¿Se puede unir una más?- pregunté con una sonrisa inocente.

Como si no supiese donde me estaba metiendo.

-¿Sabes jugar?- me preguntó un señor de cincuenta y tantos, llevaba un traje que no disimulaba su barriga y estaba fumando un puro.

-Algo sé- contesté sentándome en las piernas de Álex.

-Qué juegue ella con mi dinero- dijo Álex acariciándome la espalda, me sorprendió que dijera eso.

Él no sabía que yo sabía jugar a las cartas y él había apostado bastante dinero.

-¿Es una profesional que has contratado?- preguntó el muchacho pelirrojo de veinte años sentado a nuestra izquierda.

-No, es mi novia- dijo y me giró para plantarme un beso en los labios.

En la primera mano, dejé que me ganaran y mis fichas disminuyeron.

-Parece que te vamos a desplumar Prescott- rió uno de los señores.

-Cállate- le contestó Álex.

Cuatro manos después había recuperado lo perdido y masacrado las fichas de los demás, con una pareja de ases, una escalera y la carta más alta. Estábamos en la última mano y solo quedaba un señor.

-¿Señorita?

-¿Señor?- le pregunté sonriendo.

-Una escalera- dijo dejando las cartas en la mesa orgulloso.

Acercó sus manos a mis fichas pensando que había ganado, pobre iluso.

-Mirad y llorar chicos ¡Ases y reyes!- dije mientras cogía todas sus fichas.

-¡¿Pero cómo lo hace?!- dijeron mis contrincantes mientras Álex no paraba de reír.

-Eso os pasa por jugar contra la señorita Snow-clamé sonriendo.

-¡No jodas! ¡Hemos jugado contra ella!- gritaban todos.

Cogí todo el dinero y salí del casino con Álex.

-No sabía que estabas metida en este mundo- comentó Álex.

-Bueno...Siempre tengo un As debajo de la manga.

-Ha sido malo- dijo negando con la cabeza mientras yo reía.

Nos metimos en el coche pero no arrancó el coche.

-He hablado con tu madre- dejé caer.

-¿Qué te ha dicho la bruja?- me preguntó.

Le relaté toda la conversación.

-Simplemente coloqué la basura en su sitio- dije con una sonrisa.

Álex me beso con pasión.

-Gracias- me dijo.

-¿Por qué?- pregunté confundida

-Por quererme.

Le bese de nuevo.

-Nunca deberías de agradecerme por mi amor.

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Les quiero 😘😘😘😘

Enamorada del chico malo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora