Enamorada del chico malo.

Capítulo 34

El fin de semana llegó para mi alegría. Me levanté a las diez de la mañana (un mérito para mí ya que estamos a sábado), desayuné y preparé una mochila con mis pertenecías, ropa interior limpia, pijama, cargador, móvil, mi bolsa de aseo con un cepillo de dientes y un peine, la bolsa con mis pastillas y un monedero con dinero por si acaso decidíamos ir a dar una vuelta.

Me despedí de mi madre y subí al coche que me había mandado Álex (ventajas de salir con un chico rico).

-Es un placer verla de nuevo señorita Snow- me saludó el chofer desde el asiento del piloto.

-Lo mismo digo para usted señor Chase, te pido amablemente que me llames Alisha en vez de señorita Snow- le pedí con una sonrisa.

-De acuerdo Alisha- me respondió con una sonrisa.

No le pedí que me llamara Lis porque me parecía demasiado pero dentro de un tiempo lo convencería. Era una persona perseverante. Puso la canción de Your Song de Elthon John y casi salto de la alegría.

-Me pidió que se la pusiese el señor Prescott- me informó.

Por este tipo de detalles estaba enamorada de Álex, era difícil no quererlo.

Salí del coche después de despedirme del señor Chase cuando llegamos a la mansión de mi novio. Álex me abrió mientras llevaba una bolsa de palomitas.

-Me vas a engordar con tanta comida- dije cuando fui a la cocina y vi palomitas y chocolate.

-No pasaría nada malo si engordases-me dijo mientras me daba un cuenco para subirlo a su cuarto.

-Sí que pasaría, que tendría que perderlo y no pienso hacer deporte para perderlo- afirmé.

Si quería adelgazar hacía dieta pero no deporte. Sorry not sorry.

Nos tumbamos en su cama y antes de empezar a ver las películas decidí que era un buen momento para hablar sobre el tema.

-¿Cómo lo llevas?- le pregunté.

-¿Cómo llevó el qué?- preguntó confundido.

Un sonrojo se expandió por mis mejillas.

-Pues que ya sabes...Que tu vida sexual a pasado de cien a cero- solté.

-¿Quieres hablar del tema?- me preguntó.

Mordí mi labio y asentí.

-Tú sabes que yo nunca mantendré relaciones sexuales contigo y que tampoco quiero que las mantengas con otra mujer mientras estemos juntos ¿verdad?- sonaba egoísta pero era la verdad.

-Lo sé, simplemente me toca usar mi mano- respondió tranquilo.

-¿Y no es...poco satisfactorio?- pregunté avergonzada.

-Vamos a dejarlo claro, Lis me siento muy atraído hacía ti ¿vale? Y me encantaría mantener relaciones sexuales contigo ¿vale? Pero sé y comprendo que tú no lo quieras, no hay que ser Einstein para darse cuenta de que entre tú y yo hay tensión sexual y que tú simplemente no la ves ¿vale? Y aunque mantener relaciones sexuales es mucho más satisfactorio que masturbarme es mucho satisfactorio estar enamorado de ti. No tienes que preocuparte por eso.

Me acerqué y le besé.

-Yo no necesito el sexo cuando puedo tener tu amor- me dijo.

Mis entrañas se calentaron ante aquella declaración.

-¿Empezamos a ver las películas?- pregunté sonriendo.

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