Capítulo 63

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El ocho de junio apague la alarma del móvil aunque ya llevaba horas despierta, el juicio era por la mañana así que ese día no iba a asistir a clase. Me había pasado toda la noche estudiando para los pocos exámenes que me quedaban y aunque intenté dormir y descansar para el juicio no pude.

Ante todo pronóstico no tenía nada de sueño, los nervios mantenían mi batería al cien por cien. Me duché por la mañana por primera vez en años, me enjaboné con delicadeza y detalle mi larga melena castaña y luego me la aclaré y limpie cada rincón de mi cuerpo. Salí de la ducha con una toalla cubriendo mi cuerpo y otra mi pelo. Me puse mi ropa interior y me eché crema hidratante por el cuerpo. Elegí una falda tubo de color negro como el ébano a pesar de que hacía calor, una blusa muy fresquita blanca que llegaba por los codos y unos tacones de cinco centímetros. Cuando volví al baño la plancha ya estaba caliente así que me planché el pelo, luego me maquillé poniéndome la base y brillo de labios. Me observé en el espejo parecía una mujer madura en vez de una chica que recién cumplía la mayoría de edad.

Agarré un bolso en el que metí mis llaves, mi móvil, la cartera, una mantita para Wendy y unos potitos de frutas. Repasé la lista mental de las cosas que llevaba y de las que necesitaría para mi niña. La silla del coche ya estaba en el auto de Álex y allí también estaban algunos juguetitos para ella.

Baje las escaleras y abajo me esperaba mi madre, que llevaba un vestido azul cielo que se ponía para las ocasiones importantes y a su lado se encontraba Álex con un traje que le sentaba de maravilla pero con el cual se estaría muriendo de calor.

-Feliz cumpleaños-me felicitó Álex después darme un suave beso en los labios.

-Hoy es el día -me dijo mi madre intentado apoyarme.

Intenté sonreír en respuesta pero no pude, los nervios no me dejaban. Fuimos hasta los juzgados en el coche de Álex escuchando a Elthon John pero no pude cantar ninguna de las canciones, solo jugueteaba con mis dedos nerviosamente. Álex lo observó y entrelazó nuestros dedos.

Ya en el juicio me esperaba Hanna, mi abogada, Olivia y Ella que vinieron rápidamente a darme un abrazo. Me felicitaron.

-Por fin voy a tener a mi sobrina de vuelta- exclamó Ella emocionada- Pienso ser la tía a la que llame para ir de fiesta.

Encarné mi ceja, no se atrevería ya intentar corromper a mi hija. La dejaría en manos de Olivia. Me dirigí a donde se encontraba Hanna, ella era una persona muy fría y profesional así que fue toda una sorpresa cuando me abrazó.

-Todo va a salir bien- me susurró.

Después se apartó se colocó bien la chaqueta y nos informó de que deberíamos entrar ya.

El juicio empezó, el abogado de los padres del donante de orgasmo de mi hija comenzó a exponer sus argumentos pero todos fueron desmontados por Hanna.

-Yo, dicto sentencia y declaro a Alisha Snow como ganadora de este juicio, dándole la custodia completa de Wendy Snow-afirmó la jueza.

Lágrimas de felicidad empezaron a salir por mis ojos mientras corría y tomaba a mi hija entre mis brazos.

-Nadie te va a separar de mí- le susurré a lo que ellamojó mi pelo con sus babas. Me daba igual que acabara de arruinar mi peinado laamaba demasiado.

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Enamorada del chico malo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora